En Cerrito de los Morreños las rejas en las ventanas de las viviendas, algunas de bloque, caña o mixtas, están ‘por si acaso’. Los habitantes que viven en este pueblo, de no más de 100 casas en una isla del Golfo de Guayaquil, aseguran que viven tranquilos, sin temor a la delincuencia.

En el lugar permanecen de 3 a 4 policías, quienes se encargan, sobre todo, de hacer cumplir las reglas que los lugareños implementaron. Por ejemplo, sus horarios para consumir alcohol son: viernes de 12:00 a 18:00 y sábados de 12:00 a 00:00.

“Antes la gente tomaba todos los días, ya no tenían para beber y vendían las cosas de sus casas o les quitaban a los vecinos”, indicó Iván Vera, hijo del presidente del pueblo.

El joven indicó que les preocupa los robos que sufren los pescadores. Reveló que a 20 kilómetros de su pueblo, en el sector Travesía, se han presentado asaltos a embarcaciones. “Van en lanchas más rápidas y se llevan los motores”.

También refirió que hace un año hubo rumores de que personas llegaron a vender droga a jóvenes, pero los padres se reunieron, tomaron medidas y no hallaron estupefacientes, pero no descartó que adultos los consumieran.

Proyectos para la seguridad

Carlos Zárate, comandante del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) de la Zona 8, que comprende los cantones Guayaquil, Durán y Samborondón, anunció que existe un proyecto del Ministerio del Interior para construir Unidades de Policía Comunitaria (UPC) fluviales en el Golfo de Guayaquil, cada una con un muelle. Esto incluirá la capacitación del personal para que pueda hacer patrullajes en el agua.

Por ahora hay personal permanente en 3 islas. Habitantes de otros pueblos han solicitado, pero, según el uniformado, todo se basa en una planificación; ya que hay lugares en los que se llega en vehículo.

También la Armada del Ecuador cuenta con retenes flotantes y ejecutan operativos para evitar los robos en el Golfo de Guayaquil.

Pedro Asencio, presidente del pueblo Puerto de La Libertad (también en el Golfo), indicó que ellos se han organizado y hacen guardias en las noches, ya que no cuentan con vigilancia permanente. “Tenemos miedo porque cuando vamos a pescar nuestras mujeres quedan solas”.

Augusto Jaime, otro lugareño, comentó que cuando van a pescar escuchan que llegarán a robarles, pero no ha pasado.

El oficial Zárate sostuvo que trabajan coordinados con el sector pesquero para evitar que sean víctimas de la delincuencia. Añadió que las víctimas no denunciaban los hechos y eso complicó levantar información de cómo y dónde operan, los horarios, cuántos, características de los antisociales, entre otros. Los ilícitos identificados fueron los robos en camaroneras, viviendas de las islas y asaltos a las embarcaciones que trasladan la pesca, sobre todo en los 8 días de aguaje cada mes.

El oficial contó que a un pueblo llamado El Conchal llegaron delincuentes a asaltar a los moradores, pese a sus pocos recursos. El sitio está a 45 o 50 minutos de recorrido, saliendo del muelle de Puerto Azul.

“Hemos visitado las diferentes islas y conocemos sus problemas. Coordinamos patrullajes conjuntos con el Servicio de Aeropolicial, porque con un helicóptero podemos recorrer mayor distancia en menor tiempo. En lancha el control toma de 4 a 6 horas, por aire se hace de 15 a 20 minutos. También, se les activa el botón de auxilio”, dijo Zarate.

Además, explicó que los lugares identificados como conflictivos son: Cuarentena, Estero Corvinero, Chupadores Grande, Estero Matorillo y Punta Piedra.

Los asaltantes suelen ser de El Oro o de Manabí, quienes tienen contactos para formar redes, manifestó.