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El Telégrafo
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Los agentes recogieron unos 100 cadáveres al día

Los agentes levantaron un cadáver que estaba en un sillón en un parterre. Fue llevado en un carro de los correos.
Los agentes levantaron un cadáver que estaba en un sillón en un parterre. Fue llevado en un carro de los correos.
Foto: Karla Naranjo /et
11 de abril de 2020 - 00:00 - Redacción Justicia

Guayaquil registra un promedio de 150 muertos al día por diferentes causas; antes de la pandemia eran alrededor de 35. Esto generó un retraso en la recolección de cadáveres y familias convivieron con los cuerpos hasta por cinco días.

Ante esto, hubo quienes optaron por ubicarlos en portales o veredas cubiertos con sábanas, plásticos o cartones.
La situación desde el 7 de abril se normalizó, y desde ahí el tiempo para acudir a levantar un cadáver es de 12 horas.

Los agentes que recogieron los cadáveres no solo se enfrentan a los riesgos de contaminación, sino a emociones, como tristeza, frustración y dolor, que los abocan a situaciones de estrés.

Así lo explica Hamilton Flor Montecé, comandante de la Compañía de Psicólogos del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil.

La tensión psicológica puede derivar en cambios de ánimo, irritabilidad, aislamiento, insomnio, en aumento o adquisición de hábitos, como fumar o consumir licor. “Es importante actuar a tiempo y prevenir situaciones de estrés o depresión”.

Flor Montecé manifestó que para evitar efectos psicológicos negativos es importante el descanso, la buena alimentación, el deporte, desconectarse de las redes sociales, de las malas noticias y comunicarse con un psicólogo. “Esto se convierte en una descarga emocional”.

El capitán de Policía Gabriel Ochoa Real, del Departamento de Criminalística y Ciencias Forenses, opinó que quienes pueden ser más afectados son los que no trabajan comúnmente con cadáveres.

Puso como ejemplo los que por la emergencia se han sumado a esta tarea, entre ellos agentes que investigan muertes violentas, casos de drogas y de tránsito.

A su criterio, lo más duro no es ver un cadáver, sino el cuadro completo. “Por ejemplo: a mí, más que el cuerpo, el riesgo o el cansancio, me afecta escuchar cómo las personas lloran porque no pudieron salvar a su ser querido”.

También aflige que luego del esfuerzo de trabajar sin parar, se difundan críticas infundadas o noticias falsas acerca de la labor.

Por eso, antes de empezar la jornada, él infunde buen ánimo a sus compañeros y oran en grupo.

Protección física
El capitán Ochoa explica que al llegar a una escena se revisten con un traje de bioseguridad impermeable. Antes lo usaban solo al actuar en lugares cerrados, pero ahora lo emplean todo el tiempo, incluso al aire libre.

El traje, cuyo valor oscila entre $ 12 y $ 17, es desechable, pero lo usan hasta en tres procedimientos para optimizar recursos. Antes y después de estar en contacto con un cuerpo se desinfectan.

También protegen su rostro. Unos llevan la mascarilla full face que cubre toda la cara, tiene dos filtros y es protección al 100%. Tiene un valor de entre $ 80 y $ 100, pero no es desechable.

Se la desinfecta con alcohol o con agua y jabón, pero hay que cambiarle los filtros por lo menos una vez por semana, el par bordea los $ 15.

Los demás usan gafas transparentes y mascarillas. También dos pares de guantes de nitrilo, que no pueden reusarse, y zapatones.

Desde el 30 de marzo pasado hasta el 8 de abril, los agentes de Criminalística recogieron aproximadamente 600 cuerpos y los de la CTE unos 150, según Jorge Wated, encargado de la Fuerza de Tarea Conjunta. 

Los agentes recogieron unos 100 cadáveres al día.

La cifra de muertos es incierta
Hasta el jueves 9 de abril, fueron inhumados alrededor de 300 cuerpos recogidos en casas y hospitales de Guayaquil.

Los sepelios se realizan en parques de la Paz de la Aurora (Daule) y Pascuales (Guayaquil).

La tarde del jueves, por pedido de los moradores de este último sector, se realizó una desinfección de calles por los fluidos que salían de los contenedores donde llevaban los cuerpos, según informó Jorge Wated, titular de la Fuerza de Tarea.

También hubo quejas por falta de lugares para sepultar los cadáveres en el suburbio, pero ahí son entierros no gestionados por el Gobierno.

La cifra de fallecidos en Ecuador por el covid-19 aún es incierta. Juan Carlos Zevallos, ministro de Salud, en una entrevista para la BBC, ofreció que no solo se dará a conocer el total de fallecidos, sino otros detalles. Por ejemplo, las divisiones por edad, sexo y por la probable causa de mortalidad.

“Determinar que una persona falleció por coronavirus no es fácil. Es la razón por la cual hemos implementado la autopsia verbal”. Y agregó que se entrevistará a quienes perdieron a un familiar para saber cuáles de esos casos fueron covid-19. (I) 

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