El Quinto Tribunal de Garantías Penales del Guayas sentenció a 25 años de reclusión mayor especial a Édison T, tras hallarlo culpable de violar a su hija de 10 años.

El procesado (42) y su amigo Irving N (también juzgado) abusaron sexualmente de la menor durante 2 años, situación que fue descubierta el 2 de julio de 2012 cuando una docente encontró a la menor llorando en la escuela y le confesó lo que ocurría, ante lo cual la maestra llamó a la madre para exhortarle a que presente la denuncia.

En las indagaciones de la Fiscalía se determinó que Édison T abusaba de su hija los fines de semana, cuando la llevaba hasta su domicilio en el sector de Fertisa, puesto que estaba separado de su esposa.

Édison T solía ver películas pornográficas con su hija y además practicaba actividades fetichistas con argollas y tubos de metal. Asimismo se conoció que Irving N contemplaba lo perpetrado y luego se llevaba a la menor para someterla.

El expediente judicial detalla que en una ocasión la hija mayor del sentenciado, de 13 años, encontró a su papá desnudo con su hermana, y éste se arrodilló pidiendo que no lo delate porque de lo contrario se iba a matar o lo podían llevar a la cárcel y ellas se quedarían solas.

En el juzgamiento, Édison T admitió haber violado a su hija, pero atribuyó el hecho a que la misma menor lo buscaba. El tribunal consideró para su resolución los informes de medicina y psicológicos, que indicaron que la menor tiene el perfil de haber sufrido una serie de aberraciones.

Los especialistas aseguran que la niña nunca se recuperará con tratamientos psicológicos en un ciento por ciento; pero debe someterse a los mismos por largo tiempo. Eso quedó demostrado durante las sesiones en la Cámara de Gessel, donde el llanto y ansiedad de la víctima, tras narrar lo sucedido, evidenciaron que sufre de estrés postraumático.