Cuando la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) habilitó a Darya Klishina para competir en los Juegos Olímpicos de Río, la saltadora de longitud se constituyó en la única esperanza rusa de medallas en el deporte rey del evento, pero ha sido tratada de ‘traidora’ en su país y algunos no le desean éxitos precisamente.   “Mi agente, mi familia, me dijeron enseguida que no fuera a internet, que no leyera nada, que no viera nada”, dijo la doble campeona de Europa en sala (2011, 2013). “Haz solo lo que tienes que hacer, entrénate, prepárate para los Juegos Olímpicos”, añadió sobre lo que le aconsejaron.   Después de la decisión de la IAAF de rechazar todas las peticiones de repescas depositadas por los atletas rusos, con excepción de la suya, Darya Klishina ha tenido que enfrentarse a mensajes de odio en su país. “Insultarme y llamarme traidora a la patria, no me parece correcto. Ahora me encuentro bajo presión y una creciente atención, lo que no es siempre positivo. Así que mi situación ahora es mucho peor que ayer”. Los insultos hacia Klishina comenzaron cuando publicó en su página oficial en Facebook un agradecimiento a su equipo y a la propia IAAF, la misma entidad que negó a 67 rusos el derecho a participar en Río de Janeiro. En su país la acusan de falta de solidaridad con los atletas privados de Río, de haber dado las gracias a la IAAF o de estar dispuesta a competir bajo otra bandera que no es la rusa. Fue habilitada porque era la única, a ojos de la IAAF, que escapó al sistema puesto en marcha por las autoridades rusas para sus atletas, un sistema gangrenado por un dopaje organizado, según la Agencia Mundial Antidopaje. Y escapó a ello al instalarse en 2013 en Florida, para seguir a su entrenador en la prestigiosa academia IMG.    El mensaje de Facebook con el que dio las gracias a la IAAF, hablando de “una decisión experta”, alcanzó rápidamente casi un millar de comentarios. Mensajes de apoyo, pero también insultos, llamamientos para que la saltadora entregue su pasaporte y peticiones de que no vuelva a Rusia por su ‘traición’.    “Gente normal ha visto algo criminal en ello (en la decisión de la IAAF) y comenzaron a acusarme de ser una enemiga del pueblo”, relató la deportista. Los comentarios hirientes y duros no solo venían de internautas anónimos. En Twitter, un periodista del tabloide Komsomolskaia Pravda comparó a la atleta de 25 años con una colaboracionista con los nazis. La saltadora es la única atleta rusa de alto nivel que vive y entrena todo el año en el extranjero. Las grandes estrellas del atletismo nacional, empezando por las dos veces campeona olímpica de salto con pértiga Yelena Isinbayeva, tendrán que pasar por el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) de Lausana, que estudiará el recurso de 68 atletas rusos, entre ellos también Klishina, antes del 21 de julio.   “Espero la decisión del TAS con todo el equipo. Espero que podamos ir todos juntos bajo la bandera rusa”, manifestó Klishina, que no estuvo convocada para los Juegos de Londres 2012 y fue séptima en el Mundial de Moscú 2013. “Me di cuenta entonces que tenía que cambiar algo en mi vida deportiva”, recordó. Fue entonces cuando decidió trasladarse a Estados Unidos y a la academia IMG, en la que se dieron a conocer las hermanas tenistas Serena y Venus Williams. Esta semana, el presidente del COI, Thomas Bach, anunció que sería miembro del equipo olímpico ruso para los Juegos Olímpicos, autorizándole a competir con bandera rusa, pese a que la IAAF quería que lo hiciera con un equipo neutral.   La saltadora, que asegura contar con el apoyo de los otros atletas rusos, también recibió el respaldo del ministro de Deportes, Vitali Mutko, que denunció ataques excesivos contra la joven deportista. “Es una ciudadana rusa, simplemente se entrena en el extranjero. Si termina en el podio estaremos orgullosos de ella. Los ataques son excesivos. Sé que sufre por todo el equipo. Nunca ha renunciado al equipo nacional. Es nuestra pupila. Simplemente se entrena en el extranjero. Considero que lo único que hay que hacer es apoyarla”, analizó Mutko. (I)