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Las llamas dejaron “olor” a pobreza en sitios siniestrados

Las llamas dejaron “olor” a pobreza en sitios siniestrados
05 de diciembre de 2011 - 00:00

Eran las 03:30 del pasado miércoles 7 de septiembre cuando las llamas envolvieron un inmueble que albergaba a cinco familias, en el popular barrio de la 15 y Huancavilca, suroeste de Guayaquil. El voraz incendio redujo a escombros la vivienda, propiedad de los hermanos Calderón Calero, y en la que habitaban -en calidad de inquilinos- 11 personas adultas y 9 menores de edad, quienes resultaron ilesos. No así sus enseres: muebles, televisor, radio, cocina, ropa y en el caso de los niños, los útiles escolares.

La misma suerte corrieron otras seis familias, tras registrarse un siniestro en sus viviendas situadas en la Mz 19 de la cooperativa 12 de Octubre, en Mapasingue Oeste. El percance se reportó el pasado 22 de septiembre. Las llamas consumieron totalmente los enseres de tres casas, de construcción mixta.

Más de dos meses han transcurrido desde que ocurrieron estos hechos y hasta la presente fecha han subsistido solo con la donación de colchones, víveres de primera necesidad, medicamentos y algo de  ropa que entregó el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) y la Cruz Roja.

Zoila Angulo, propietaria de una de las viviendas afectadas en Mapasingue, indicó que el primer día ella y los ocho miembros  de su familia durmieron a la intemperie y en los actuales momentos, solo los abriga varias paredes de bloques  que “sobrevivieron” al incendio. Tablas y pedazos de madera son colocados como pared en otros sitios. Varias lonas atadas y sobrepuestas entre sí sirven como techo.

Fernando Calderón, uno de los propietarios de las casas destruidas por las llamas  en el suroeste, mencionó que los vecinos y hermanos del templo religioso al que asiste son quienes hasta ahora lo ha ayudado para que duerma bajo un techo. Indicó que varios voluntarios van a realizar una minga en el solar donde estaba la cuartería para mejorar su situación. 

Los pequeños son quienes más sufren, aunque parecen ignorar lo que  sucede. Sus padres afirmaron que desde que ocurrió el incendio los niños están tristes. “Teníamos una casita de caña y mi hijo -de 10 años- ya no quiere vivir en una igual. Él vio cómo se quemaban todas sus cositas y casi nos morimos en el interior”, relató Maclovia Lino, otra afectada  por el incendio en Mapasingue, quien agregó que su vástago juega todo el día para tratar de olvidar el dolor que le causó el incendio.

Piden por ayuda

Los perjudicados añadieron que permanecerán en el lugar hasta que una entidad los ayude a construir sus viviendas nuevamente o sean reubicados.

En ese sentido, exhortaron la ayuda de la cartera de Estado correspondiente, puesto que, aseguraron, ya tienen listos los requisitos, como escrituras de las casas, pago de predios, etc.

“Hemos conversado con varios funcionarios del Miduvi, pero nos dicen que debemos esperar, ya que hay muchas otras familias que necesitan el apoyo”, manifestó el damnificado Emilio Pin.

Los inquilinos de la cuartería en la 15 y Huancavilca recibieron un bono de la vivienda emergente ($ 5.000) para que lo puedan aplicar en planes habitacionales auspiciados por el Miduvi (plan Socio Vivienda).

Otro caso en la que la ayuda fue  oportuna es el de las familias que perdieron sus viviendas, el pasado 4 de noviembre, en el Bloque 1 A de Bastión Popular, al norte. El incendio consumió en total cinco casas de caña. “Con lo único que me quedé es con lo que llevaba puesto esa noche”, relató Griselda  Porozo, perjudicada por  el siniestro. 
Autoridades de entidades gubernamentales se hicieron presentes para gestionar la ayuda a los damnificados.

Incluso, la Fundación Hogar de Cristo, que por gestión del Municipio de Guayaquil, donó las casas, que fueron instaladas en el lugar a los pocos días. No así los electrodomésticos que los deberán adquirir con su trabajo.

Los damnificados señalaron que muchos de los aparatos electrónicos solo tuvieron garantía mientras los pagaban, esto fue por 12 ó 24 meses, pero como ya liquidaron la deuda no pueden acogerse a ningún beneficio de este tipo, como lo promocionan en algunos almacenes.

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