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La violencia también viene desde los menores de edad

La violencia también viene desde los menores de edad
12 de septiembre de 2013 - 00:00

Cristian Fernández, un adolescente de 13 años, es el reo más joven en Estados Unidos que enfrenta la cadena perpetua por matar a golpes a su hermanastro de 2 años, a quien cuidaba en su casa de Jacksonville, Estado de Florida, en un hecho registrado en marzo de 2011.

La Fiscalía lo acusa de asesinato en primer grado y pidió que se le procesara como un adulto, en la audiencia de juzgamiento efectuada el pasado 27 de agosto, en Miami.

Una iniciativa comunitaria había recogido 190 mil firmas en varias localidades de Estados Unidos para que no se lo juzgue como adulto, pero la Fiscalía se opuso aduciendo que  esa es la única medida contemplada para garantizar la seguridad del resto de ciudadanos.

Sin embargo, Cristian Fernández no es el único menor que cumple la pena máxima: otros 79 niños, menores de 14 años, están  condenados a cadena perpetua en Estados Unidos, y sin posibilidad de libertad anticipada o condicional.

Esto a pesar de que la Octava Enmienda (que se refiere a los castigos crueles e inusuales) prohíbe sentencias de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional para los adolescentes infractores, por lo que en una decisión de cinco votos contra cuatro, tomada hace dos semanas, los nueve miembros de la Corte Suprema de Estados Unidos dictaminaron que condenar a menores de edad a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional es inconstitucional.

En Ecuador, penas son bajas

Pero las noticias de crímenes cometidos por menores de edad, muchas veces cargados de un sadismo que es difícil de creer, demuestran que la maldad no se da solo en los adultos y mucho menos que conoce de fronteras o idiomas.

En Ecuador se han dado varios casos que conmocionaron a la sociedad, como cuando el cuerpo de Damaris Cabrera, de 16 años, fue encontrado dentro de sacos de yute en la quebrada de Santa Bárbara, en Chillogallo, al sur de Quito.

El hallazgo del cadáver se dio el 25 de mayo de 2011. El informe del  médico legista  reveló que  la  menor sufrió varias horas de tortura antes de su muerte. En el rapto y asesinato de Damaris participaron dos menores de edad y, según el parte policial, los adolescentes estuvieron bajo los  efectos de  las drogas durante el cometimiento del crimen.

A nivel mundial del 100% de actos delictivos el 10% es cometido por menores de entre 12 y 17 añosEn otro caso ocurrido un año antes un joven de 16 años fue degollado en Machala, provincia de El Oro. Un adolescente estuvo involucrado en el hecho y fue sentenciado a 4 años de reclusión.

También en 2010 José Líder Quiñónez fue asesinado con 19 balazos. Un joven de 16 años participó en el hecho. El Juzgado de la Niñez le impuso 3 años de internamiento.

Pero el caso más espeluznante y que aún permanece en la memoria de los ciudadanos fue el triple asesinato registrado la madrugada del 19 de julio de 2005 en la ciudadela La Garzota, cuando un adolescente de 15 años mató a tiros a sus padres y una hermana adoptiva.

Los esposos Alicia Martillo Merchán, de 66 años, y Nicolás Antonio Moreira, de 69; y  su hija  Alicia del Carmen, de 32, fueron asesinados a balazos, mientras descansaban en sus respectivos dormitorios.

La ira que sintió el adolescente, al saber que fue adoptado por el matrimonio Moreira Martillo, la desfogó con los tiros a corta distancia, con la misma arma que el dueño de hogar había adquirido días antes para protegerse de posibles delincuentes, relata el parte policial.

Luego el chico trató de salir de la ciudad, pero la Policía lo impidió, tras aislarlo en el aeropuerto cuando compraba un boleto de avión.

Estos son algunos de los casos en los cuales han estado involucrados menores de edad y en los que predominaron la saña y la violencia con las que se perpetraron esas muertes en manos de adolescentes.

David Villamar, abogado en el libre ejercicio con más de 15 años de experiencia en el área de adolescentes infractores,explica que las sanciones contempladas en el Código de la Niñez y Adolescencia vigente   dependen de la situación social, de  la infracción,  de las  circunstancias y del  entorno familiar.   

En la Unidad  de Menores Infractores de la Fiscalía de Guayas, los  funcionarios que se encargan de procesar los casos más graves, como asesinato y violación sexual (pues en los delitos contra la propiedad se puede llegar a acuerdos reparatorios), señalan que la edad de los menores procesados va desde los 12 hasta los 17 años.

Menores son inimputables

Según estadísticas del 2012 procesadas por el Consejo de la Niñez y la Adolescencia (CNNA), el 80% de menores de edad detenidos por conductas delictivas no tiene familia. En algunos casos,    sus padres son migrantes; en otros, los han abandonado o están muertos, lo que sería una causa para entender el tipo de conducta delictiva.

En cuanto a las causas de las infracciones cometidas por menores, algunos estudios señalan que existe una relación entre la criminalidad, los delitos violentos y el uso indebido de drogas.

El CNNA indica que la pobreza es uno de los factores que estimula o promueve las salidas a la delincuencia, explotación sexual, laboral y tráfico de drogas, circunstancias que son aprovechadas por  adultos, mas  no generadas por los adolescentes.

Villamar explicó que, por ley, las personas menores de 18 años son inimputables, es decir, no reciben un tratamiento o sanción penal cuando cometen una infracción.

Las personas de 12 a 17 años, al infringir la ley, reciben la aplicación de medidas socioeducativas y  privativas de libertad, que pueden ir desde unos meses hasta máximo 4 años. En los casos más graves, esta medida debe ir complementada con actividades educativas, de entretenimiento y laborales.

“Se supone que una persona mayor de 16 años delinque con conciencia  y comprende que sus actos pueden ser lesivos y violatorios de la ley, sin embargo, no valoran las consecuencias para el resto de su vida”, afirma la psicóloga Ana Brito, quien señala que otras medidas sancionatorias pueden ser disculpas públicas, trabajo comunitario o libertad vigilada. Sin embargo, acota que no todos los centros de adolescentes infractores tienen las condiciones para rehabilitarlos y por eso se limitan simplemente a encerrarlos.

La Asamblea Nacional anunció en días pasados que respetará la imputabilidad de los adolescentes infractores para su inclusión en el que será el  Código Orgánico Integral Penal. Sin embargo, analiza otro tipo de sanciones como el endurecimiento de las medidas socioeducativas, que actualmente van desde la amonestación verbal del juez al infractor y a sus padres, reparación del daño causado, servicios a la comunidad, hasta el internamiento.

Así, se prevé analizar un aumento mayor a 4 años del tiempo de internamiento de un menor en  los  centros de adolescentes infractores.

“SANCIÓN DEBE SER ACORDE AL TIPO DE DELITO”

Tras la fuga de 13 menores de edad del Centro de  Adolescentes Infractores de Riobamba, registrada el pasado 1 de junio, y que en su huida  habrían asesinado a un policía y a una pareja de esposos, el presidente Rafael Correa propuso que las sanciones para adolescentes sean proporcionales al delito que hayan cometido y no con la edad.

En ese sentido, pidió públicamente a la Asamblea Nacional  que analice la realidad y actuar en función del bien común, en referencia al debate en el seno de la Comisión de Justicia sobre el  Código Orgánico Integral Penal.

La alocución del presidente Correa está en contraposición con algunos activistas  por la defensa de los derechos de la niñez, e inclusive de  asambleístas, que promueven que se mantenga en 18 años la imputabilidad de los adolescentes en conflicto con la ley, pero que sí aprueban el fortalecimiento  del sistema de rehabilitación de los jóvenes, y sancionar penalmente a las personas adultas que usan a menores para cometer delitos.

En caso de delitos graves, se contempla la ampliación de 4 a 12 años de medidas socioeducativas, que supone un internamiento para menores de 16 a 18 años hasta cuando cumplan la sanción.

DATOS

Jon Venables y Robert Thompson. Tenían 10 años cuando mataron a un niño de 2 años, al que habían raptado de un supermercado en Liverpool, Inglaterra, en 1990. Torturaron y dejaron el cuerpo en las vías del tren.

Mary Bell. Fue encarcelada por estrangular a Martin Brown, un niño de 3 años, el 25 de mayo de 1968, un día después de cumplir 11 años de edad. Luego regresó a la escena del crimen y con una navaja mutiló los genitales. Estuvo en un reformatorio y fue puesta en libertad 23 años más tarde.

Cayetano Santos Godino es considerado el primer asesino en serie de la Argentina. Nació en 1896 y su primer crimen lo cometió a los 7 años. A una infante de 18 meses la golpeó numerosas veces con una piedra en la cabeza, a un niño le quemó los párpados e intentó ahogar a otro. Fue arrestado cuando tenía 16 años y murió en la Cárcel del Fin del Mundo, en 1944.

Natsumi Tsuji. A sus 11 años asesinó a una compañera de escuela cortándole la garganta y los brazos con un estilete, en 2004. Aún sigue encarcelada en Japón.

Brenda Spencer. El lunes 29 de enero de 1979 estrenó un rifle  que su padre le regaló, disparando a  alumnos de su escuela. Cuando le preguntaron por qué lo había hecho, dijo: "No me gustan los lunes".

Jordan Brown. En 2009, cuando tenía 11 años, tomó la escopeta de su padre, asesinó a su madrastra embarazada y, como si nada hubiera pasado, abordó el expreso escolar.

George Stinney. En junio de 1944 tenía 14 años y batió el récord de ser la persona más joven en ser ejecutada en los Estados Unidos. Fue declarado culpable de las muertes de dos niñas llamadas Betty Jane Binnicker (11) y Mary Emma Thames (8).

Joshua Phillips. A los 14 años asesinó a su vecina de 8 años, escondió el cuerpo debajo de su cama y se unió a las brigadas de búsqueda para encontrarla. La brutalidad del crimen motivó su  cadena perpetua.

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