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Érick dejó las drogas y la vergüenza para ayudar

Érick dejó las drogas y la vergüenza para ayudar
Foto: El Telégrafo
20 de octubre de 2018 - 00:00 - Redacción Justicia

A los 10 años, Érick probó las drogas por primera vez. Empezó con alcohol y cigarrillo, pasó por la marihuana, por la “h” (heroína con otros químicos) y base de cocaína.

La edad promedio de iniciarse en el consumo de drogas está entre los 14 y 15 años, según el último estudio de la desaparecida Secretaría Técnica de Drogas (Seted), realizado en 2017. Sin embargo, hay adolescentes que empiezan antes.

Estuvo internado en tres diferentes clínicas, pero recaía cuando regresaba a su barrio y casa y era ahí donde se encontraba con el mismo entorno que le hacía daño.

El adolescente no culpa a sus padres, pero sí les carga cierta responsabilidad. “Mis padres peleaban. Él era alcohólico y nos golpeaba, mi madre solo salía a bailar. Siempre me dejaban solo”.

Érick no solo usaba droga también la vendía, robaba para conseguir más estupefacientes. “Ahora me siento útil. Yo canto y con mis canciones espero llegar a más jóvenes para que no se droguen, visitamos barrios para dar mensajes de prevención. Quiero que los chicos sepan que por las drogas perdí todo, que no solucionaron nada”.

Lorena Tinoco, vocera de la Fundación Funcadi, manifestó que con ayuda de otras organizaciones sin fines de lucro realizan campañas de prevención en barrios que consideran de mayor vulnerabilidad al consumo.

Precisó que han realizado visitas en la Isla Trinitaria, en el Guasmo Sur, en Socio Vivienda (Guayaquil) y en el Recreo (Durán). “Trabajamos en conjunto con instituciones del Estado, fundaciones, grupos sociales y personal de centros de rehabilitación para ir puerta a puerta dando dirección, conociendo casos y ayudando a las víctimas. Al final hacemos una feria en el sector para que más personas se decidan a buscar la ayuda”.

Tinoco indicó que la familia de los consumidores no debe temer, sino enfrentar la situación y buscar la ayuda. Añadió que desde junio de 2018, cuando desapareció la Secretaría Técnica de Drogas, no hay políticas definidas de prevención y han recurrido a la ayuda del Gobierno Provincial de Guayas.

“Joel” comentó que esta campaña llegó a su barrio, en el Guasmo Sur. Los brigadistas primero le hablaron, lo convencieron de que podía cambiar y lo ayudaron a ingresar en una clínica de rehabilitación. “La droga no solo daña al que consume, si no a la familia. Él se llevaba las cosas de la casa, se perdía la plata, se ponía agresivo”. (I)

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