El seguimiento a las víctimas es una de las ‘herramientas’ más empleadas en robos de vehículos bajo cualquier modalidad, pues así los delincuentes saben cuándo llevárselos sin levantar sospechas.

Pero la forma como los antisociales se lucran luego de cometer el ilícito tiene variantes, una de las recientemente denunciadas es la extorsión.

La coronela Tanya Varela, comandante del Distrito Centro de Guayaquil, anunció el pasado jueves la detención de una presunta banda que operaba en el norte de la urbe, que después de llevarse los autos contactaba a los dueños para pedirles dinero a cambio de la devolución, en algunos casos hasta $ 3.000.

El grupo observaba por largo tiempo a sus objetivos y aprovechaba cuando las personas entraban a sus trabajos o domicilios para abrir las puertas de los carros con llaves maestras, elaboradas con un desarmador hexagonal con la punta modificada y adaptado a una varilla metálica, en forma de T, explica la oficial.

“La ingresan en la chapa y hacen presión para abrir”, detalló Varela, y agregó que en un minuto aproximadamente se llevaban el vehículo. Según las investigaciones, los tipos seleccionaban carros modelo 2010 o anteriores, pues la mayoría de esos no tienen instalado sistema de rastreo satelital.

La coronel acotó que la habilidad de los individuos les permitía en tan  corto tiempo ejecutar el delito; y estaban preparados para desactivar cualquier alarma, de ser necesario, aunque no se descarta que antes hubieran ‘examinado’ el carro.

“Tal vez les daban golpes y si sonaba una alarma, mejor seguían con otro”, explicó. Con respecto al chantaje, dijo que por medio del número de placas averiguaban los datos del afectado para localizarlo y pedirle dinero.

El coronel Roosevelt Campos, subjefe de la Policía Judicial de Guayas (PJ-G), manifestó que los casos de extorsión ponen a los perjudicados frente a 2 probables escenarios, denunciar ante las autoridades o aceptar el chantaje.

Con respecto al primero, Campos mencionó que gracias a las denuncias de la ciudadanía la Policía recopila información, confirma los datos, investiga y actúa, producto de ello sería posible localizar y recuperar los vehículos.

Pero si sucede lo segundo, Campos expresó que se genera un círculo vicioso, porque significaría una invitación para que los antisociales repitan la acción con otras personas y hasta con los que ya fueron sus víctimas.

Robo con varios fines

Campos acotó que la forma de sacar provecho del acto ilegal es diversa, pues así como hay bandas que optan por la extorsión, otras desmantelan los carros para venderlos por partes y también están las que clonan para comercializarlos (adaptar un auto en buenas condiciones a otro inservible del mismo modelo).

Además, comunicó que las condiciones de los coches resultan de interés, dependiendo del tipo de banda, pues a unos no les importa que tengan sistemas de rastreo, ya que cuentan con técnicos que saben dónde están colocados los dispositivos y cómo desactivarlos.

“En algunas ocasiones se trata de gente que trabajó en el área automotriz y que conoce sobre los sistemas, pero que ahora se dedica a delinquir”, manifestó Campos.

En cuanto a casos de controles remotos que sirvan para abrir las puertas de diversos vehículos, Campos y Varela afirmaron que en Guayaquil hasta el momento no se han registrado casos. El subjefe de la PJ-Guayas agregó que sin importar la forma cómo se robaron un carro, la ciudadanía debe denunciar para que las autoridades tengan la información necesaria para actuar.

Un cuadro comparativo del período abril-diciembre de 2012 y 2013 (a nivel nacional) mostró que en el primer año 7.931 vehículos fueron reportados robados, mientras que en el segundo año la cifra fue de 7.478, lo que significó una reducción de 13,4%, según el Centro Ecuatoriano de Análisis de Seguridad Integral.

Datos

Los delincuentes trabajan con gente que sabe dónde están  instalados los equipos de rastreo y cómo funcionan, por eso los desactivan en corto tiempo.

Se han reportado casos en que el afectado llama a la compañía de seguridad luego del robo, ésta da las coordenadas de ubicación del automotor, pero lo único que encuentran es el dispositivo GPS tirado en la vía.

Las empresas de seguridad sugieren reforzar con platinas, tuercas y pernos el equipo de rastreo del vehículo, así los delincuentes necesitarán más tiempo para despojarlo y preferirán buscar otro objetivo.

Especialistas automotrices recomiendan modificar el sistema de arranque del  vehículo, podría ser mediante un interruptor oculto que, solo al activarlo, permita encender el mecanismo.