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La menor fue golpeada, violada, bañada y abandonada en Pascuales

El caso de la niña hallada en un saco lleva 16 meses en investigación

En esta tienda (foto), Disleidy S.R., llegó a comprar y luego fue asesinada y arrojada en un saco de yute.
En esta tienda (foto), Disleidy S.R., llegó a comprar y luego fue asesinada y arrojada en un saco de yute.
Foto: Fabrizzio Obando / EL TELÉGRAFO
06 de febrero de 2017 - 00:00 - Redacción Justicia

Un árbol de mango es el único ‘testigo mudo’ de la desaparición y posterior asesinato de Disleidy Madelaine S.R., de siete años de edad, ocurrido la noche del 1 de octubre de 2015 en la manzana 0651 de la cooperativa de vivienda 5 de Diciembre de la parroquia Pascuales de Guayaquil, provincia de Guayas.

Otilia, propietaria de la tienda a la que acudió la pequeña a comprar un papel higiénico y dos cigarrillos antes de desaparecer, recuerda aún consternada el hecho.

“La niña estuvo aquí antes de perderse y ser asesinada de la peor manera que usted se puede imaginar. Ese día, como a las ocho y media de la noche, a mí me dolía la cabeza y no pude atenderla. Pero uno de mis nietos, de la misma edad de ella, le vendió el papel higiénico y los cigarrillos. Yo no le hubiese vendido los cigarrillos porque está prohibido vender esas cosas a los niños”, comentó la mujer.

El protocolo de la autopsia reveló que la niña fue golpeada, violada y estrangulada. El cadáver había sido lavado y de sus partes íntimas salía un líquido rojizo, aparentemente sangre.

Además, la inspección realizada en el lugar de los hechos por los investigadores de la Unidad de Criminalística, descubrió indicios que establecían que la menor regresó a la casa luego de comprar lo encargado por su abuela materna. “En la parte superior de la nevera, se encontraron los cigarrillos y en el baño, el rollo de papel higiénico”, revela el informe policial elaborado ese día.

La inspección del lugar también reveló ‘pigmentaciones de color marrón en el pasillo que da al domicilio de los padres de la occisa, las que al ser sometidas a pruebas de campo, se presume que sería sangre’, indica la Policía en el documento.

Además, las inconsistencias en las versiones de la madre, abuela, tío y padrastro de la niña, llevaron a la fiscal de turno, Sandra Cevallos, a ordenar sus detenciones.

La autoridad dispuso también que se realicen más diligencias periciales, entre ellas, la toma de muestras inguinales y de los miembros viriles de los detenidos. Así como la extracción de muestras para realizar exámenes de ADN a la occisa y los sospechosos.

Además, la prueba de luminol que sirve para revelar supuestos rastros de sangre en una escena mostró ‘que en algunos ambientes del domicilio existían luminosidades que reaccionaron con el químico, lo que hace presumir que sí existieron pigmentaciones de sangre borradas con algún agente limpiador’.

Posteriormente, el 5 de octubre de 2015, la fiscal titular del caso, Verónica Parada Veloz, vinculó al proceso a un exenamorado de la madre de la pequeña, quien el 27 de ese mes fue detenido y encarcelado. El hombre en todo momento negó su vinculación con el crimen de la niña, a quien dijo sí conoció cuando mantuvo una relación amorosa con la madre.

Primera investigación

La fiscal durante la investigación analizó todas las versiones de los policías que actuaron tras la desaparición, en flagrancia y durante la indagación. La autoridad también revisó las versiones del niño que atendió a la víctima en la tienda y de todos los inquilinos de la casa, donde arrojaron el saco con el cadáver.

Los teléfonos celulares de todos los detenidos fueron analizados. Se realizaron exámenes de genética forense y psicológicos a los involucrados. Los peritos recogieron indicios biológicos de la casa donde vivía la niña; pero nada sirvió como prueba fehaciente de la participación de los imputados en el asesinato.

Ante esto, en enero de 2016 la fiscal Parada emitió un dictamen abstentivo a favor de los imputados, porque no contó ‘con suficientes elementos para pasar a la etapa de juicio en contra de los procesados’.

El pronunciamiento de la fiscal inferior subió a consulta del fiscal provincial de ese entonces, Paúl Ponce, quien ratificó el dictamen y el juez de la Unidad de Flagrancia con Competencia en Delitos Flagrantes, José Torres, dictó sobreseimiento a favor de los acusados, tal como lo determina el artículo 605 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).

Nueva indagación

Sin embargo, la investigación no quedó ahí y pasó al despacho del fiscal Rómulo Sevilla. La autoridad inició una nueva indagación en la búsqueda del o los asesinos de la pequeña Disleidy.

Extraoficialmente, este medio de comunicación conoció que el fiscal Sevilla está a la espera de un nuevo informe policial sobre el caso de la niña ensacada.

Doña Otilia, la tendera, recordó que un vídeo de una cámara de seguridad pública instalada en la esquina del barrio muestra que la niña compró en su negocio avanzó a la esquina, se dio la vuelta y regresó con dirección a su hogar. “Ella caminó largo por esta calle (vía principal de la cooperativa 5 de diciembre) y cuando cruzó la mata (árbol) de mango, la cámara la perdió de vista porque estaba muy frondosa”.

Otro morador, que guardó su identidad, ratificó que las imágenes muestran que hasta el árbol de mango llegó la menor y no se supo más de ella. Cabe destacar que pasando la planta existe un callejón que conduce a otras viviendas. “No sabemos si la Policía revisó todas esas casas; si tomó las versiones de sus habitantes. No sabemos nada, pero particularmente creo que la zona debió ser rigurosamente inspeccionada porque ha pasado año y medio y nadie sabe nada de la muerte de la pequeña”.

El coronel Germán Cevallos, jefe de la Dinased de la Zona 8, no se pronunció sobre el tema. Dijo que cualquier declaración sobre el caso la harán los representantes del Ministerio del Interior. (I)

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