Con agua fría y ejercicios “curaban” las adicciones

A don “Carlos”, dueño y director de la supuesta clínica de rehabilitación de adicciones del norte de Quito, que fue clausurada por las autoridades el pasado jueves, sus vecinos lo consideran una persona normal, de aquellas que nunca provocaron inconvenientes. 

500 personas han sido rescatadas por la Fiscalía de centros de rehabilitación clandestinosLa clínica Unión y Esperanza, ubicada en la cooperativa Tiwintza, a la que se llega por el barrio Pisulí de la capital, según los moradores, venía operando hace alrededor de un año y era común observar el ingreso de jóvenes -generalmente llevados por sus familiares- con problemas de dependencia a los estupefacientes.

Miguel C., quien tiene ocho años viviendo en la zona, manifestó que desde la terraza de su casa se podía observar que a los internos les exigían que cumplieran ejercicios duros, con flexiones de pecho, y que con manguera los mojaban como parte de la rutina para tratar sus adicciones. “Pero no escuché gritos de maltrato”, aseveró.

Con respecto al camal, del mismo dueño, que también funcionaba en el sector, el vecino indicó que generalmente llegaban camionetas con ganado y se podía escuchar el ruido de los animales maltratados antes de matarlos. “Parecía que los hacían caer al piso, por el ruido, casi siempre en la noche o madrugada, y era una pestilencia”.

Una moradora, que reside hace 6 años en el lugar y prefirió la reserva, refirió que los jóvenes llegaban muy delgados a la clínica, por sus problemas adictivos, y salían con más peso luego del tratamiento. Al momento, las 17 personas que fueron rescatadas de la clínica Unión y Esperanza se encuentran bajo supervisión médica. Los pacientes fueron trasladados al hospital Gonzalo González, ubicado en el sector de la Vicentina Baja, de la capital, para que sean evaluados.

El director del hospital Gonzalo González, Luis Bedón, sostuvo que ellos “están en condiciones estables y no presentan problemas de salud”.

Según el fiscal Galo Chiriboga, tres de los 17 internos de la clínica de tratamiento de drogas señalaron que el estudiante David Romo, desaparecido desde el 16 de mayo, estuvo en dicho centro. 

500 personas han sido rescatadas por la Fiscalía en centros de rehabilitación clandestina, de acuerdo a Chiriboga.

El fiscal a cargo de la causa, Fabián Salazar,  precisó que las pruebas por la desaparición de Romo serán sometidas a peritaje. Lamentó el nivel de insalubridad del centro, en donde se determinó que los internos eran usados como obreros para que realizaran trabajos de albañilería en la misma clínica. “El lugar no contaba con las condiciones adecuadas ni con los permisos para funcionar”, reveló.

Ayer también se realizó la audiencia de los 7 detenidos, quienes fueron acusados por el delito de trata de personas. A 6 de ellos se les dispuso prisión preventiva y a uno, medidas cautelares.

La ministra de Salud, Carina Vance, informó que en 2012 se aprobaron 120 permisos para centros de tratamiento de drogas.

Aseguró que tres clínicas fueron clausuradas en la provincia del Guayas, que es donde estaría localizada la mayoría de centros clandestinos.

Para este año se pretende aprobar el permiso de funcionamiento para 150 centros.