El pequeño Daniel Pelka, de 4 años, murió en su habitación en marzo de 2012 tras permanecer encerrado durante 33 horas en ella sin comida ni calefacción y con una herida en la cabeza. Más de un año después del fallecimiento del menor, los culpables de su muerte fueron condenados a cadena perpetua, en Reino Unido.

Una de las responsables es su propia madre, Magdalena Luczak, quien junto a su pareja, Mariusz Krezolek, maltrataban constantemente al menor. El niño era sometido a palizas y llevaba seis meses desnutrido antes de recibir el golpe que finalmente causó su muerte.

Durante el juicio, los acusados, que tenían problemas de alcohol y drogas, negaron los cargos y se acusaron mutuamente de la muerte del niño. Este caso ha conmocionado a Inglaterra por su extrema crueldad y las autoridades de Coventry (centro de Inglaterra) han puesto en marcha una investigación sobre la actuación de los servicios sociales.

Aunque los profesores del niño dieron la voz de alarma sobre sus moretones, aparentemente los agentes de protección de menores no tomaron las medidas necesarias para protegerlo.

Durante el proceso, el jurado observó que, durante las nueve semanas del juicio, no  observaron en la madre o el padrastro “ningún signo de arrepentimiento”, pero ya al dictar sentencia, la jueza del tribunal de Birmingham (centro de Inglaterra) dijo a los dos que cometieron actos “de una brutalidad incomprensible” y “crueldad inimaginable”. (EFE)