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El Telégrafo
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Prisión preventiva para 6 de 15 procesados por el rapto de niña taromenane

Prisión preventiva para 6 de 15 procesados por el rapto de niña taromenane
28 de noviembre de 2013 - 00:00

Ayer en horas de la tarde, luego de la audiencia de formulación de cargos, en la que estuvo presente el fiscal general Galo Chiriboga, el juez segundo de Garantías Penales de Orellana dictó prisión preventiva contra 6 de los 15 procesados por el delito de genocidio.

Un día antes el fiscal del caso, Andrés Cuasapaz, solicitó con fines investigativos las detenciones provisionales para seis presuntos atacantes.

La riña que desencadena el problema entre waoranis y taromenanes inició en abril pasado cuando miembros de la comunidad waorani (integrados al resto de la sociedad) atacaron a los taromenanes por supuesta venganza ante la muerte de una pareja de ancianos a manos, aparentemente, de los segundos.

En el ataque habría fallecido un número aún no determinado de indígenas taromenanes y dos niñas de esa etnia fueron capturadas como trofeo y llevadas a la comunidad waorani de Yarentaro, en la selva amazónica.

Sin embargo, luego de investigaciones y una vez identificada la situación de indefensión de una de las niñas, la Fiscalía General del Estado, por medio del Sistema de Protección de Víctimas y testigos (SPAVT), de la Provincia de Orellana, en conjunto con el equipo de investigación, coordinó el rescate de la menor. En la operación intervinieron los ministerios de Justicia y del Interior.

Desde este último se indicó que con el uso de dos helicópteros y el apoyo de miembros de un grupo especializado de la Policía llegaron hasta la comunidad de Yarentaro, donde la menor permanecía contra su voluntad.

Uno de los agentes de la Policía recogió a la niña, la subió al helicóptero y la trasladó hasta un hospital público de la ciudad de Coca, capital de la provincia de Orellana, donde fue sometida a una evaluación médica exhaustiva, precisa el informe del Ministerio.

El texto no determina si se produjeron incidentes con los indígenas waoranis que mantenían retenida a la menor, así como tampoco la situación de la otra niña taromenane que fue capturada tras el ataque de abril.

Sin embargo, la tarde del martes, en la sede de la Nacionalidad Waorani del Ecuador (NAWE) en Puyo, se reunieron los dirigentes para analizar lo ocurrido.

Pedro Enqueri, coordinador, y Alicia Cawiya, vicepresidenta de la NAWE, hicieron pública su molestia porque, según dicen, en el texto que redactaron los representantes de la comunidad la niña de 6 años que responde al nombre de “Conta” había sido llevada por elementos encapuchados.

La menor, que bordea los 6 años de edad, convivía hasta la mañana del martes con una familia waorani en la comunidad Yarentaro, y día a día se adaptaba a las tradiciones y costumbres de estos habitantes, dice un escrito de la NAWE.

Ese episodio, según versiones de dirigentes indígenas, se habría producido por una venganza, ya que a principios de marzo pasado una pareja de líderes waoranis habría sido asesinada con lanzas, aparentemente por los taromenanes que custodian sus territorios para impedir el paso de personas afines a empresas madereras.

Los problemas entre los dos grupos son antiguos y, según la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), se deben en parte a la reducción de sus territorios a causa de la expansión de las fronteras petrolera y agrícola en la Amazonía ecuatoriana.


COMPROMISO

Tal como fue anunciado por el Fiscal General del Estado, el compromiso de no impunidad y de determinar las circunstancias de los hechos en los que habrían muerto miembros de familias en aislamiento continúa, de modo que se actuará conforme las disposiciones legales y constitucionales del ordenamiento jurídico nacional.

DATOS

En abril de 2013una niña taromenane junto a otra menor fue llevada al poblado de Yarentaro por un grupo de waoranis.

La incursión de los indígenas se realizó con el objetivo de encontrar a las personas que habrían dado muerte a Ompore y Buganey, ancianos de la comunidad.

Como resultado de aquel ataque murieron integrantes del clan Taromenane, pueblo en aislamiento voluntario.

Las menores fueron capturadas como trofeo y llevadas a la comunidad waorani en la selva amazónica ecuatoriana.

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