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Oficiales “activos” son inculpados
Surgen nuevos cuestionamientos en torno a la desaparición de los hermanos Santiago y Andrés Restrepo, ocurrida el 8 de enero de 1988, durante el gobierno de Febres Cordero.
El documental “Con mi corazón en Yambo”, dirigido por su hermana, Fernanda Restrepo, muestra aspectos inconclusos que dejó la investigación policial y la mínima sanción penal que afrontaron apenas 7 de los 30 involucrados, en la detención, tortura, muerte y desaparición de los dos jóvenes.
Uno de los datos que salió a la luz pública es que dos de los agentes que aparentemente tenían conocimiento de los hechos, aún se encuentran activos en la Policía Nacional. Ellos son el coronel Edmundo Efraín Mera Hernández, quien hasta hace unos meses se desempeñó como director Nacional de Antinarcóticos, y el coronel Miguel Chiriboga Hurtado, que actualmente trabaja como Jefe de Planificación.
Otro de los cuestionamientos frente a este crimen de lesa humanidad es el no haber investigado al entonces comandante de la Policía, general Milton Andrade, quien seis mese después de la desaparición de los chicos colombianos puso su renuncia y fue exento de todo tipo de investigación.
Más falencias en la indagación se evidenciaron en las constantes contradicciones entre la cúpula policial de ese entonces y los agentes del desaparecido Servicio de Investigación Criminal (SIC), quienes 20 años después, en las declaraciones dadas a la Comisión de la Verdad, acotaron nombres de tres nuevos involucrados: Édgar Fraga, Jorge Medrano y Antonio Gudiño, ex agentes de la Brigada de Automotores del (SIC), quienes son señalados como los responsables directos de la muerte de los menores.
Algunas evidencias que habrían sido alteradas o extraviadas por los agentes designados al caso han mostrado falta de probidad en las investigaciones, pues muchos de los policías involucrados cuando quedaron libres salieron del país, como el general Gilberto Molina.