Hoy es el Día del Periodista Ecuatoriano, en homenaje a la publicación del primer periódico, Primicias de la Cultura de Quito, y a su autor Eugenio Espejo. Y este día, a más de conmemorar, hay que hacer varias preguntas, más allá de las demandas de libertad de expresión a las que se han sometido ciertos gremios y periodistas, para hacerse eco de la postura de los empresarios de la comunicación.

La primera de fondo es ¿por qué el presidente de la Unión Nacional de Periodistas (UNP), Vicente Ordóñez, no asume la defensa laboral, gremial y hasta psicológica de los periodistas ecuatorianos y relega todo su discurso y accionar a la sintonía impuesta por la agenda mediática de los dueños de los medios de comunicación? ¿Sabe Ordóñez que las comisiones salariales fijaron los mínimos para los comunicadores y que en ellas no hubo un representante de los periodistas para luchar por una mejor remuneración general? ¿Se quedó en su diario trabajando mientras otros decidían por los periodistas lo que debemos ganar? ¿Sabe él y sus votantes cuánto es el básico ahora de un camarógrafo, un periodista, un editor regional y/o nacional, de un diagramador de un diario?

Si Ordóñez ganó la representación de los periodistas (y hasta fue ovacionado por quienes sólo le aplaudieron ahora por estar en contra del Gobierno aunque en sus medios los traten mal y les paguen menos que en otras áreas), ¿por qué no habla en su propio periódico de lo que fijó esa comisión salarial como sueldo básico de los periodistas? No, eso no lo podrá hacer en su periódico porque ahí no se habla de salarios ni sueldos, se habla de libertad de expresión y se gastan páginas enteras en el tema.

El presidente electo de la UNP (con 200 y pico de votos, cuando los periodistas debemos sobrepasar los 5 mil en todo el país) ganó su cargo, a decir de uno de sus seguidores, porque “defendió valientemente a los periodistas de los ataques del gobierno”. ¿Valientemente? ¿Eso significa que en cada entrevista ofendía y denostaba del diario El Telégrafo? ¿Los de El Telégrafo ya no somos periodistas porque la UNP lo decretó? ¿Defendió “valientemente” a los periodistas de los medios públicos que sufren agresiones de las autoridades, asambleístas y hasta políticos opositores cada vez que pueden en los medios de la prensa privada? ¿Esa defensa “valiente” (¿viril?) incluye la calidad de vida y las condiciones laborales en las que se desenvuelven todos los periodistas de provincias pequeñas donde ni siquiera se paga el sueldo básico?

La UNP le sirve a él y a otros periodistas como una plataforma más de oposición política al gobierno actual y Ordóñez sabe que a eso se reduce ahora ese gremio. No habló de enfrentarse a los dueños de ciertas emisoras que pagan a sus reporteros a “destajo”.

Incluso, algunos de esos medios, de los cuales nunca habla Ordóñez, no contratan periodistas y muchos viven de la publicidad y sus comisiones, si la encuentra, y por eso se generan esas relaciones perversas con determinados grupos económicos de poder. ¿Qué dice de esa revista y diario que no pagan  dos meses de sueldo a los suyos? De eso, ¿cuándo debatimos?

A Ordóñez y a todos los 200 votantes que lo apoyaron hay que preguntarles: ¿Está en su plataforma de lucha que los periodistas tengamos un mes de vacaciones al año por el nivel de estrés que soportamos y cargamos haciendo “el mejor oficio del mundo”? ¿En el diario que él labora y en los otros que le felicitaron por su triunfo pondrían pasantes un mes en reemplazo de los reporteros que se enfrentan todos los días al estrés, presión, tensión y hasta injusticias que se cometen con los periodistas cuando no se someten a las agendas políticas? ¿Ordóñez y todos los que participan de su gremio y tesis están dispuestos a hacer un paro en los medios privados para que les mejoren los salarios o cuando botan injustamente a un periodista? ¿Él mismo, Ordóñez, podrá pedir permiso en su diario para hacer la defensa más justa de todos los periodistas ecuatorianos que no ganan bien en las emisoras, canales y periódicos provinciales que pertenecen a grupos de poder local?

Y para que responda él y sus votantes: ¿Qué propone a las periodistas mujeres? ¿Cuál es el derecho laboral de las periodistas mujeres cuando se embarazan? ¿Tiene alguna defensa para ellas cuando en ciertos medios las relegan y en otros, particularmente de provincias, les adelantan el fin de sus contratos para no hacerse cargo del derecho laboral que es el permiso de lactancia?

No, eso no estuvo ni en su plataforma electoral y menos en su presupuesto político para impulsar a la UNP a otra dimensión. Y sospecho que no lo va a estar en los próximos dos años porque siendo este período de tinte electoral habrá otro tipo de preocupaciones.

Y si, por si acaso, en una posible respuesta Ordóñez pregunta o acusa de qué pasa en los medios públicos con todos estos temas, de antemano le invitamos a que visite a los periodistas de todos los medios públicos para que escuche que acá también hay demandas y preocupaciones que él desoyó o simplemente ignoró. Muchas de ellas tienen que ver con la calidad de periodismo y con el sentido crítico de nuestro oficio, sin desconocer el tema laboral y económico.

Además, podemos hablar de transparentarnos todos, en particular aquellos medios que dicen a sus periodistas que son los de mayor circulación, que venden más que los medios públicos, pero a la hora de reconocer su trabajo, bajo esa premisa, los tratan peor que “periódico de pueblo”, aunque el término no sea políticamente correcto, pidiendo disculpas de antemano a los buenos diarios de pueblo.

En diálogo abierto y frontal, por el Día del Periodista Ecuatoriano, podría Ordóñez y todos los que votaron por él informarnos qué pasa con los núcleos provinciales de la UNP,  con sus presidentes, locales, cuentas y tareas. Por ejemplo: ¿Sabrá Ordóñez que de los 22 núcleos provinciales de la UNP, más de la mitad no lo reconocen  como su presidente nacional y sólo como el titular del gremio de la provincia de Pichincha?

Si “valientemente” fue elegido, frontalmente le invitamos a que responda todas estas preguntas sin achacar ninguna ofensa de “oficialistas”, “gobiernistas” y otros más que nos endilga en privado, en su redacción y con sus votantes. Hablemos como periodistas y hablemos de periodismo, sólo ahí nos podremos entender para afrontar lo que este oficio demanda de todos nosotros, todos los días, a favor de nuestras audiencias y por dignificar  a esta profesión, una de las más peligrosas del mundo, pero por suerte en el Ecuador sin los niveles de violencia y criminalización que ya vivieron con mucho dolor los colombianos y peruanos, pero que tiene un auge sangriento en México y en Centro América.

Por ahora nos corresponde reflexionar en voz alta sobre todos esto temas. Y para eso hace falta poner los caballos delante de la carreta: los derechos de los periodistas, en todos los medios, tienen que ser defendidos y no ser refundidos debajo de la alfombra del manido “valor supremo” de la  libertad de expresión. Y por lo mismo, todo debate y reflexión colectiva para hacer un periodismo responsable será bienvenida hoy.