Con distintos eslóganes y acciones, autoridades de 5 ciudades iniciaron campañas de prevención del uso de petardos elaborados artesanalmente. En Cuenca, Ambato, Latacunga, Riobamba y Machala se iniciaron los operativos de control en sitios donde tradicionalmente se venden los petardos. El objetivo es evitar accidentes que produzcan mutilaciones en las manos o daños en oídos y ojos, así como quemaduras por el uso inadecuado del material. En la capital tungurahuense personal de la Intendencia, Policía Nacional, Ejército, Agentes Municipales del Orden y Cuerpo de Bomberos realizan las acciones de control. Así acudieron a las inmediaciones del mercado Colón, en el centro de la ciudad, en cuyos alrededores viven personas que año tras año expenden estos productos de manera clandestina. Las incursiones tienen por objeto evitar también la venta de musgo, ya que es una especie protegida por encontrarse en peligro de extinción. Durante el operativo realizado hace dos días fueron retiradas grandes cantidades del arbusto. Las inspecciones se extienden hacia el sur de la urbe donde desde hace más de 50 años se elabora, almacena y comercializa productos como camaretas, sonajeros, vacas locas, diablillos, chisperos, entre otros. “Hace 6 meses explotó una casa donde se fabrica este material. Es importante que la gente denuncie las fábricas y almacenes clandestinos”, dijo Juan Carabalí, intendente. En la Atenas del Ecuador, un trabajo conjunto entre el Ejército, Policía, Cuerpo de Bomberos, Intendencia y otras instituciones se ejecuta para frenar la venta de explosivos. Según el intendente, Édison Moscoso, son pocos los comerciantes que hasta el momento no se han sujetado a las disposiciones. “Hemos realizado algunos decomisos, pero relativamente han sido pocos”, indicó. La vigilancia está más acentuada en el sector del mercado 9 de Octubre, San Francisco y María Auxiliadora, donde todos los años se realizan este tipo de ventas. En cuanto a la comercialización de monigotes, existen 14 sitios para ello. Cruzadas con eslóganes “Los juegos pirotécnicos no son un juego de niños”, es el eslogan con el que las autoridades de control de Chimborazo iniciaron los operativos para verificar que este tipo de productos sea vendido en el sitio fijado y con los permisos requeridos. La Intendencia dispuso que en el mercado La Dolorosa, ubicado en la parte sur de Riobamba, se instalen carpas blancas para que el Sol no eleve la temperatura de los productos y las personas puedan acercarse con las seguridades del caso. “Tenemos extintores y la presencia de elementos de la Policía y bomberos. De esta manera se controlará la venta y los comerciantes podrán ejercer su derecho cuidando su integridad personal y la de los demás”, mencionó Steve Mejía, intendente. Mientras que más de 200 elementos militares custodiarán las carreteras y bodegas que en otros años han sido utilizadas para almacenar estos artefactos. En Cotopaxi, en cambio, ‘Cuesta más de lo que crees’ es el nombre de la cruzada que la Gobernación inició la semana pasada, con el fin de concienciar a las personas sobre el peligro de utilizar fuegos artificiales y explosivos durante las festividades de diciembre. Lucía Bolaños, intendenta, advirtió que los controles serán permanentes. En territorio peruano no es casual que en diciembre se enciendan alarmas de extremo cuidado sobre la comercialización ilegal de juegos pirotécnicos. El incendio de Mesa Redonda es el mejor ejemplo. El 29 de diciembre de 2001, en Lima, una bola de fuego destrozó cuatro manzanas de este sector, ubicado en Barrios Altos, centro de la ciudad, causando la muerte de 277 personas y sumando otras 250 entre heridas y desaparecidas. El origen, según versiones de autoridades, estuvo en las manos de un comerciante que se aventuró a realizar una demostración para llamar la atención de los compradores. Un total de 900 toneladas de explosivos ilegales se quemaron. Los muertos, niños, jóvenes y adultos, sucumbieron ante las llamas. Luego de 13 años se sabe que aquel incendio nació en el comercio informal y ante las escasas medidas de seguridad que, hasta entonces, la Municipalidad de Lima prestaba para enfrentar este tema. De otra manera sería difícil imaginar cómo en un espacio de hacinamiento, caracterizado por el comercio ilegal, no se realizó ningún control previo. El reto que desde entonces se han planteado diversas instituciones es evitar que el infierno se repita en la capital de los peruanos. Datos En Machala, las autoridades prohibieron la venta de monigotes y de artefactos explosivos en la calle Arízaga, tal como se lo venía haciendo por años. La explanada del exaeropuerto fue escogida por el Cuerpo de Bomberos para que los artesanos comercialicen los muñecos y los fuegos artificiales autorizados por las Fuerzas Armadas y el Cuerpo de Bomberos. Alrededor de 300 personas recibieron permisos para ofertar este material hasta la primera semana de enero. En el terreno de la exterminal aérea habrá personal de la casaca roja y elementos de la Policía para atender cualquier emergencia.