El fuerte sismo que sorprendió ayer a los guayaquileños a las 06:19 se produjo por una rotura de las placas de Nazca. Este fenómeno no es nuevo. Ha ocurrido varias veces desde hace décadas.

En cada época la magnitud del temblor ha variado, según Alexandra Alvarado, jefa del área de Sismología del Instituto Geofísico de la Politécnica Nacional.

El movimiento telúrico de ayer que remeció las casas y edificios, sacudió los carros y activó sus alarmas, pero también asustó a los porteños, tuvo una intensidad de 5,8 grados en la escala de Richter y su epicentro fue Samborondón.

El fenómeno, que también fue sentido en Manabí, Santo Domingo de los Tsáchilas, Chimborazo, Azuay, Los Ríos, entre otras provincias, estuvo acompañado de un estruendo. En el puerto principal se reportaron daños en algunas estructuras, no así en el resto del país.

Dos luminarias, una en la plaza de San Francisco y otra en el Malecón (calle Aguirre) se desplomaron. Además, un adulto y un menor que viven en las calles Sucre y Chimborazo resultaron con leves cortes debido a la caída de un espejo.

En otras zonas, el servicio de energía eléctrica se suspendió por aproximadamente 45 minutos. En las calles Gómez Rendón y Leonidas Plaza, y en Avenida del Ejército y Bolivia colapsaron paredes sin causar víctimas mortales o lesionados.

En el Aeropuerto José Joaquín de Olmedo el soporte de una de las luminarias de la zona de embarque se desprendió sin que se registrara algún herido. Tampoco se suspendieron los vuelos.

Alvarado dijo también que los sismos registrados en el territorio nacional se producen por el ingreso de las placas de Nazca a las continentales. Recordó que hace décadas se dio una ruptura de 400 km que llegó desde Esmeraldas hasta Cabo Buenventura, en Colombia. “La velocidad de ingreso promedio por año es de 6 centímetros”, puntualizó la técnica.

Este fenómeno ya produjo un desastre de grandes proporciones como el sucedido el año pasado en Chile. “Desde hace unos 25 millones de años se viene dando y va a continuar”, explicó.

Varios minutos después del remezón de ayer, la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) descartó un posible tsunami. Del mismo modo, los bomberos de Guayaquil y Durán desecharon la posibilidad de deslaves en las zonas consideradas de peligro. No se resportaron réplicas. (I)