En Salitre perviven los comedores ambulantes

Está ubicado a solo 53 kilómetros de Guayaquil y Salitre es uno de los balnearios más visitados, sobre todo, los fines de semana y feriados.

A la ribera del río se encuentran locales con pistas de baile y bares, donde los discjockeys programan  todo tipo de música, como salsa, reggaetón, bachata o lo que le agrade a la gente.

Trinidad Sánchez, comerciante de comida en canoas, señaló que en verano se disfruta más del sitio pues en invierno el río se desborda.

Sobre el agua se observan pequeñas canoas con parasoles multicolores; dentro de ellas hay vasijas de barro y letreros con el menú del día. La venta de comida en canoas es tradición en Salitre.

Jaime Sánchez, de 44 años, fue  pionero en instalar este negocio. Empezó hace más de 20 años con la venta de arroz con menestra y pescado, bollos, tortillas de choclo y de camarón. “Es el sustento para su familia”, expresó.

Para degustar la variedad de comidas, el cliente debe ingresar al río o el vendedor le lleva la comida hasta el lugar en donde esté.

Este río  ha sido la fuente de producción y supervivencia de los pueblos montuvios.

Según datos de la Asociación Riberas del Río Vinces, hay 30 comerciantes calificados para  vender comidas en canoas. Sin embargo,  existen  comerciantes informales que recorren la playa.

Johanna Álava viajó con su familia desde Guayaquil. “Es una tradición venir a Salitre los fines de semana. Aprovecho para desestresarme luego de 5 días de trabajo”. 

“Salitre también ofrece paseos en canoas a motor, paseos a caballo y pesca deportiva. Posee un complejo turístico con piscinas, pista de baile y un billar, además hay 33 cabañas comedores con ambientes festivos.

Jackeline Olvera, visitó por primera vez  Salitre, resaltó la calidez del lugar y la variedad de platos típicos a buen precio.

“Lo mejor de aquí es su gastronomía, en especial la cazuela de langostinos”. (I)