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Entrevista / María Emilia García / cineasta y periodista

"El público no acepta la idea de que una mujer pueda escribir algo fuerte"

"El público no acepta la idea de que una mujer pueda escribir algo fuerte"
Foto: Cortesía UCSG
23 de abril de 2016 - 00:00 - Estefanía Romero. Estudiante de la UCSG

Conocida por impregnar el humor negro y la sátira política en el guión de La descorrupción, cinta ganadora del premio a Mejor película internacional en el Starlite Film Festival (Florida, EE.UU.). Esto basta para saber que nos referimos a María Emilia García, mujer emprendedora, cineasta, periodista y profesora en la Universidad Católica Santiago de Guayaquil. A sus 31 años ya ha ganado tres festivales de cine en categorías como Premio de la audiencia, en dos ocasiones y Mejor película de la competencia latinoamericana.

Tu imagen se la asocia con valores como superación, esfuerzo, tenacidad y triunfo. ¿Te han dicho alguna vez sentirse identificados con la imagen que proyectas?

A veces ha habido esos momentos, pero para mí son un poco raros. Recuerdo cuando presenté por primera vez la película en Estados Unidos, pero solo para los estudiantes de cine y, por un lado, como que sentía vergüenza de mi película porque esa es mi naturaleza. Ya en el momento que acabó la función, las personas se acercaban y un grupo de chicas, ellas estaban en años previos, casi con lágrimas en los ojos me decían que ahora podían ver que sí se podía hacer una película. Hay cosas que uno no cree puede llegar a hacer, como inspirar a alguien, especialmente cuando no eres una persona famosa, ni nada.  

Se te etiqueta como una mujer que ha roto barreras en el mundo del cine. ¿Qué barreras te quedan por romper?

Hasta cierto punto se puede decir que haya roto una barrera en el sentido de que, si deseas hacer una película, no tienes que ganar los fondos concursables del CNCine, mucho menos conseguir grandes aportes porque puedes hacerlo con poco dinero. Una barrera con la que tengo que luchar es que, cuando es una producción de bajo presupuesto, tú misma debes ir a la cadena de cine y, a menos que no tengas un contacto, la atención prestada es mínima o te dejan esperando eternamente. Por ejemplo: si no te conocen, te piden veinte mil requisitos y otras personas que no cumplen el proceso ya tienen fecha para estrenar. Otra barrera que en mi caso debo romper es que casi siempre los profesores jóvenes tienen el problema, por así decirlo, de infundir miedo a los alumnos (risas) y hay que jugar en ese manejo de ser el amigo o, para no caer en eso, volverse más estricto. Creo que todavía me falta encontrar ese balance.

Mujer, periodista, cineasta, profesora en la UCSG, ¿cómo consigues el equilibrio entre trabajo y familia?

Soy una persona que posee un alto sentido de responsabilidad, puedo tener veinte mil cosas que hacer, pero las hago; es como si estuviese programada ya así. Soy como la típica persona que era buena alumna; sabes que tienes que hacer el deber y lo cumples, por ejemplo: cuando estaba en el proceso de edición de la película tenía que compaginar mi tiempo con la docencia y no se me hacía tan fácil, por eso el proceso de distribución fue muy largo porque de lunes a viernes me dedicaba a dar clases y tenía que dejar todo eso para el fin de semana.

Tras el reconocimiento que recibió tu película en Estados Unidos, ¿qué acogida tuvo en el país? ¿Qué puertas se abrieron para ti?

La descorrupción no ha tenido mucha distribución, pero he podido palpar que las personas se han dado cuenta de que existe la película, y eso tiene un gran grado de validación. Hay personas que me contactan para saber de la investigación que estoy haciendo sobre cine. Asimismo, referente a la película, hay gente que llama para decir: Tengo esta idea para grabar o escribamos una película juntos. Todo esto me ha dado credibilidad hasta cierto punto.

¿Cuán difícil resulta para una mujer abrirse paso en el cine?

Tal vez el hecho que tú digas que vas a dirigir, producir y manejar toda la logística pueda causar en las personas una reacción porque generalmente se asocia esa parte tecnológica con los hombres, pero nunca sentí una discriminación. Algo que recuerdo fue cuando la exhibí ya para graduarme, frente a los estudiantes, estaba ahí el director de la carrera, quien se quedó asombrado porque nunca pensó que una persona de mi estatura que tenía un aspecto inocente pudiera escribir algo así  (porque la trama de la película es oscura). A veces la gente no empata la idea de que una mujer pueda escribir algo fuerte.

Se dice que los hombres de hoy están a menudo inseguros en su papel social. ¿Crees que esto se da en nuestro país?

En esta sociedad, que es machista, si un hombre ve que una mujer ocupa su lugar se va a sentir amenazado. Eso es una reacción natural porque va de la mano con esa discriminación inconsciente a la que estamos acostumbrados. En la familia se da un rol específico a los hijos. La niña es la que debe cuidar a los padres y hacer las tareas de la casa y a veces no se trata de la misma forma al hijo. (I)

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