Palmeras agitándose al compás del viento, calles bañadas por un sol de temporada playera, intenso movimiento comercial en los diferentes malls,  ejecutivos, madres de familia, niñeras y empleadas domésticas que transitan de uno a otro lado en la vía a Samborondón... Esas especies de postales son parte de la vida diaria en varias de las urbanizaciones privadas  que se ubican en la avenida.     

Sin embargo, el panorama de comodidad y tranquilidad cambia cuando llueve de forma intensa. Así ocurrió el pasado domingo 11 de marzo, cuando una precipitación, que se extendió por varias horas, inundó  parqueos de los centros comerciales del sector, colapsó las alcantarillas e, incluso, anegó urbanizaciones privadas -como San Isidro, ubicada en el Km. 3.5-, donde las aceras amanecieron llenas de lodo y las piscinas contaminadas con residuos de suciedad.

Un recorrido realizado por este diario por  todo el  sector  constató que las inundaciones son un problema que aqueja a los moradores de varias ciudadelas de la vía. “Cada vez que llueve Entre Ríos se inunda, al igual que Riocentro. Mis suegros, que viven en la Urbanización Las Riberas, que queda al frente, tienen el mismo problema. Es el que más nos molesta en este sector”, lamenta William Arellano, de 30 años de edad, residente desde hace uno en la zona.   

No obstante, las inundaciones no son el único problema que se registra a lo largo de las casas que están junto a la  vía.  Los inconvenientes con la energía eléctrica salen a relucir cuando hay un chubasco  prolongado. Entonces se va la luz en las casas y se quedan sin alumbrado público.     

“Además, la señal de Internet se pone  débil”, denuncia María Elisa de Peña, habitante de la Urbanización La Castellana (Km. 6.5), quien también considera que la recolección de basura es deficiente.

Otras ciudadelas cerradas, que se encuentran en kilómetros más lejanos, experimentan carencia de señalética e iluminación.  

“La calzada mojada se transforma en un peligro, porque en esta vía faltan   señales de tránsito e iluminación.  A veces ni con las (luces) intensas puedo ver el camino cuando regreso de mi trabajo”, afirma Enrique Rodríguez, padre de familia y habitante de Villa Club, que está en el Km 12. 

Según dice, la insuficiente señalética vial ha causado  accidentes, como el que se registró el pasado fin de semana, cuando un vehículo Hyundai Tucson derrapó en la calle arrastrando tres postes de electricidad, lo que dejó sin servicio a varias ciudadadelas ubicadas desde el Km. 10, incluida Villa Club.    

Un tramo de la vía, desde la urbanización Matices (Km. 10) hasta Villa Italia, que se encuentra en construcción (Km. 17), es parte de la jurisdicción del cantón Daule.     

El alcalde, Pedro Salazar, sostiene que se encuentran al tanto de las necesidades y requerimientos de los moradores de estas urbanizaciones.

“Hemos mantenido diálogos con personal de CNEL por el asunto de los constantes cortes de luz y  con la Comisión de Tránsito  para que nos coloquen la respectiva señalización, de acuerdo con los criterios y estudios técnicos en la zona, pero no hemos obtenido respuesta. Nosotros vamos a seguir insistiendo”, señaló el burgomaestre. 

Él afirma que  parte de los impuestos prediales se destinan a la atención de sectores como La Aurora y al mejoramiento de algunos servicios básicos dentro de las urbanizaciones, como la recolección de basura.