La Fundación Metrovía recepta anualmente, en promedio, 36 denuncias de usuarios contra el sistema de transporte y en 4 años, desde 2010 hasta 2014, 18 de las observaciones -12,5% del total- corresponden a acoso sexual en las unidades.

Estos índices fueron considerados para disponer, desde el 15 de este mes, que los asientos azules de las unidades sean de uso exclusivo para mujeres y adultos mayores en las rutas Metroquil, Metroexpress y Metrobastión.

Los colectivos y activistas que defienden derechos ciudadanos difieren en la utilidad de la nueva medida.

Para el Observatorio de Servicios Públicos, la gestión representa “una burla y una especie de adelanto del 28 de diciembre (día de los inocentes)”, sostuvo César Cárdenas, director de la agrupación.

La crítica se justifica, explicó, en que la acción, además de discriminar a los varones, no solucionará los problemas de congestionamientos que se suscitan y los acosos que se presentan en las unidades. “Faltan  más articulados para evitar el roce entre las personas”, enfatiza.

El sistema de transporte municipal cuenta con 405 automotores, de los cuales 200 son articulados (buses de 2 vagones) que tienen capacidad para 160 personas.

Adicional a la nueva disposición, el Cabildo prevé implementar, en 2015, un plan piloto con buses para uso exclusivo de mujeres.

El Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer (Cepam), en cambio, expresó su respaldo a la iniciativa de la Fundación Metrovía.

La medida ya ha sido adoptada en buses de otros países con muy buenos resultados, afirmó Andrea Crespo, vocera de la entidad.

En México DF y Bogotá (Colombia), la modalidad se aplica hace 6 años aunque al inicio también fue objeto de críticas. En el caso colombiano, la alternativa aplica solo durante las horas de baja demanda, es decir, con pocos pasajeros.

Crespo puntualizó que la medida debe ser acompañada por una campaña de educación al usuario.

La mayoría de ciudadanos desconoce la nueva disposición. Durante un recorrido por las tres troncales del sistema se constató que los varones siguen usando los asientos azules aunque haya mujeres y adultos mayores de pie.

Germán Caicedo, de la ciudadela Sopeña, quiso ceder su asiento a una dama, pero ella se negó manifestando que su trayecto era corto. “No creo que discriminar sea la solución, hay que educar”.

Ivonne Samaniego, aunque admitió que muy pocos varones son capaces de facilitar un lugar dentro de las unidades, manifestó que “el problema no se resuelve privando derechos o un buen servicio”.

Por su parte, el alcalde Jaime Nebot refirió que las medidas adoptadas son en base a las denuncias que reciben por parte de los colectivos ciudadanos.

Para reducir las aglomeraciones en las paradas y los buses, el burgomaestre planteará la próxima semana una ordenanza para multar a quienes invadan el carril exclusivo de la Metrovía.