RETRATOS COTIDIANOS
El comerciante que no se dobla ni frente a las balas perdidas
Mauro Arias (Gualaquiza, Morona Santiago, 1975) migró a Durán a los 16 años con la ilusión de ser mecánico. Una bala perdida lo dejó ciego y truncó su sueño. Casado y con 5 hijos, vende accesorios para celulares en 9 de Octubre y García Avilés (Guayaquil). Así mantiene a su familia. (I)
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