Camilo Chaguay, de Vergeles (norte de la ciudad), conversa con un vecino cerca de unos árboles. El clima caluroso que impera en los últimos días provoca que ambos busquen aire fresco debajo de ramas y hojas.

Chaguay plantó árboles de mango y guaba hace casi 6 años y actualmente disfruta del producto de su trabajo, a pocos metros del bosque de Cerro Colorado, uno de los pocos ecosistemas nativos que se preservan en la urbe.

Una zanja de aguas servidas y pluviales separa los árboles de Chaguay con el cerro. El aspira a que algún día el canal sea cubierto para poder disfrutar de las ventajas de los ‘pulmones de la ciudad’.

Los cerros Colorado, Blanco, Azul, Paraíso y San Eduardo son las elevaciones que, dentro de la zona urbana, aún cuentan con una considerable cantidad de árboles. Mientras, el Santa Ana, El Carmen y Mapasingue hace muchas décadas que perdieron el hábitat nativo  debido a las casas que se construyeron.

La ciudad tiene, en total, 12.000 hectáreas de bosques naturales y reservas ecológicas dentro del perímetro urbano, según datos del Ministerio de Ambiente (MAE). La cifra incluye también espacios verdes como el Parque Samanes, aún en construcción.

Los bosques secos han sido objeto de invasiones, talas e incendios pese a que fueron declarados como áreas protegidas. Una de las últimas agresiones fue el incendio en Cerro Colorado, en diciembre de 2011, que provocó la pérdida del 60% del área protegida.

Pese a los correctivos, un nuevo flagelo se presentó en agosto de 2013 e, incluso, personas instalaron viviendas rústicas que posteriormente fueron destruidas.

Para John Ayón, ingeniero forestal en Cerro Blanco, el crecimiento desordenado de la ciudad -durante los últimos 70 años- quitó espacio a casi un centenar de especies nativas como el guasmo, samán, sauce, ceibo, guayacán, almendro, acacia.

Lo paradójico, afirmó, es que estas plantas otorgan el nombre a reconocidos sectores, pero  encontrarlas en estos sitios “es bastante difícil”.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Inec), en la ciudad existe un déficit de áreas verdes: 1,13 m2 por persona. El MAE asegura que son 5 m2 por habitante, mientras que el alcalde Jaime Nebot, públicamente, ha refutado ambas cifras asegurando que existen 8 m2 por guayaquileño.

El burgomaestre basa esta cifra en el promedio que resulta entre la población (2’526.927 habitantes) y las hectáreas disponibles de bosques y áreas verdes (19.267), según los datos que maneja la Dirección de Áreas Verdes.

Ecosistemas protegidos por el Estado han sido objeto de invasiones, talas e incendios.

12.000 hectáreas de bosques naturales y reservas ecológicas tiene la ciudad, según datos del MAE.

19.000 hectáreas de bosques y áreas verdes están disponibles en la urbe, según datos del Municipio.
Según Nebot, él ha construido 1.600 parques con lo cual multiplicó por 16 la cifra que existía antes. “Cuando llegué a la Alcaldía había medio metro cuadrado por habitante”, refutó. Pese a esto, aún no alcanza el mínimo establecido por la Organización Mundial de la Salud (9 m2 por persona).

Indistintamente de cuál sea la cifra real, el catedrático Felipe Huerta, de la facultad de Arquitectura de la UCSG, considera que se ha dado prioridad a las estructuras de hormigón aún dentro de la conformación de parques. “Este es un material que genera más calor, mientras que un árbol crea un clima más fresco”.

Explica que el hormigón y el asfalto retienen el agua e incrementan los vapores de humedad. “Esto es lo que provoca que nos sofoquemos en épocas de calor”.

Para contrarrestar la situación, tanto el MAE como el Cabildo han planteado aumentar las zonas ecológicas.

La cartera de Estado tiene el proyecto más ambicioso con el Parque Samanes, que incorporará 379 hectáreas de bosque a la ciudad, lo que permitiría aumentar el promedio a 8 metros cuadrados de área verde por persona.

También realiza campañas de concienciación dirigidas, especialmente a los estudiantes de escuelas y colegios. El viernes, por ejemplo, convocó a jóvenes de la Fundación Nurtac para que conozcan la importancia del Cerro Colorado.

El Municipio, por su parte, desarrolla el Parque Metropolitano, de 90 ha, que se construye  en 2 etapas, cerca del relleno sanitario Las Iguanas, en el norte de la ciudad. La primera fase de la obra (30 ha) sería entregada a finales de este mes o comienzos del siguiente; mientras que la segunda estaría lista, a más tardar, a inicios de 2015.

NUEVA CAMPAÑA CONTRA LA TALA E INCENDIOS

La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgo (SNGR) y la Secretaría Nacional de Comunicación prevén el fortalecimiento de acciones de protección a los bosques a través de la “Campaña Nacional de Prevención ante incendios forestales”.

La SNGR -a través de la Subsecretaría de Construcción Social- está trabajando en todas las provincias del Ecuador ejecutando diversos programas: capacitación a docentes y estudiantes de centros educativos, conformación de Comités de Gestión de riesgo, simulacros, difusión de proyectos y talleres de prevención.

Además, realiza la entrega de material informativo, conformación de brigadas de apoyo, socialización de campaña con Organizaciones no Gubernamentales (ONG), aldeas SOS, y capacitación a funcionarios.

Para proteger los espacios verdes se han diseñado estrategias nacionales a través de marcos legales como la Ley Forestal y de Conservación de Áreas Naturales y Vida Silvestre y el Plan Nacional del Buen Vivir 2014 -2017.

En cuanto a acciones específicas, el Ministerio del Ambiente desarrolla el Programa Socio Bosque y la SNGR, la “Campaña Nacional de Prevención ante incendios forestales”.

Para este año, la Caravana del Buen Vivir recorrerá el país con la difusión de material informativo respecto de los siniestros en los bosques.

La gestión incluirá iniciativas como la presentación de videos y otras actividades complementarias como ferias, actividades artísticas y académicas para sensibilizar a la población.