El costo real de las carreras en taxi aún es un ‘enigma’ en Guayaquil. Lo es tanto para el pasajero como para el conductor. Basta con tomar un carro de alquiler al azar, a cualquier hora y sitio, para detectar el fenómeno.

Un equipo de este medio contrató un taxi desde la intersección de las calles 9 de Octubre y Tungurahua (centro) hasta la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) Campus Prosperina. En el trayecto detectó la novedad.

“¡Está lejos!”, advirtió el conductor antes de anunciar que el costo del traslado, en esa ruta, era de $ 6.

Durante el viaje, en la calurosa mañana de marzo, fue con las ventanas abiertas. Según los choferes consultados, en la misma zona, ninguno quiso cobrar menos de $ 5.

Al retorno, a las 11:00, se contrató a otro carro de alquiler en el Campus Prosperina. El taxista preguntó: “¿Cuánto paga normalmente?”. Luego de una pausa, tras afirmar que él no sabe cuánto cuesta el traslado, propuso: “¿Si gusta, le pongo taxímetro?”.

Tras finalizar el recorrido, con aire acondicionado encendido en el trayecto, el medidor marcó $ 3,50.

Las diferencias en los valores se mantiene, a pesar de que desde el 11 de abril del año 2014, para establecer cobros justos, es obligatorio utilizar el taxímetro.

En la observación efectuada varios días en el puerto principal, se constataron 2 situaciones: los taxistas aún no cobran las carreras con taxímetros y el usuario, por costumbre, pregunta el costo de la carrera.

Es el caso de Ángela Vergara, vecina de la ciudadela Brisas del Norte. Ella usa carro de alquiler cuando está con prisa y debe realizar una diligencia urgente. Esta residente del norte relata que cuando aborda el vehículo los conductores no lo encienden por iniciativa propia. “Cuentan con el aparato exigido por las autoridades, pero no lo usan”, criticó.

El viernes pasado un equipo de este diario hizo otra prueba, esta vez en la Avenida 9 de Octubre y Carchi,  a las 18:00. Ese día solicitó el traslado en taxi desde esa parte del centro hasta la octava etapa de la ciudadela La Alborada. Los conductores, antes del viaje, indicaron que el costo era de $ 5.

“¿Y si nos pone el taxímetro?”, les pedimos a los conductores. Pero estos molestos respondieron: “Hay mucho tráfico allá”. Luego arrancaron. Otros ni siquiera respondieron la solicitud y arrancaron. Al final, un vehículo accedió a viajar hasta el norte. Aunque estableció el costo de $ 4.

En los 353 días desde que está en vigencia el taxímetro se han reportado 1.165 sanciones relacionadas con el empleo del dispositivo.

Según la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), las razones de las multas fueron: no lo utilizaban, estaban alterados y las ubicaciones eran poco visibles.    

De acuerdo con esas cifras, en promedio 3 taxis por día incumplen el uso del artefacto. Algunos usuarios tienen desconfianza en el medidor de tarifas.

Galo Quijije recuerda que en una ocasión solicitó una carrera, con taxímetro, desde Mapasingue hasta la Universidad de Guayaquil.  Cuando pacta, el costo es de $ 4. Pero en esa ocasión el artefacto le marcó $ 8.

El recorrido fue el mismo de siempre: vía a Daule, Avenida Carlos Julio Arosemena, Avenida 9 de Octubre, Esmeraldas y Quisquís. “El chofer me dijo salió eso porque el tránsito estuvo lento”.

Por su parte, taxistas consultados prefieren justificar la negociación con el viajero, porque así dicen nadie saldrá perjudicado.

Gabriel Espinosa, agremiado de la cooperativa Cinco de Febrero, indicó que los valores no han sido revisados desde 2002 y que, desde entonces, algunos repuestos han aumentado en 300%. “Las autoridades de tránsito nos prometieron revisar las tarifas una vez que todos tengamos el taxímetro. Nosotros hemos cumplido, pero ellos no”, justificó.