A José Mansur, presidente del club argentino Godoy Cruz, le sonó el teléfono y del otro lado un integrante del Consejo de Fútbol le dijo: “Tenemos en vista al delantero que puede darle un salto de calidad al ataque del equipo, que el torneo pasado terminó cuarto.

Participó en el Mundial de Brasil con la selección de Ecuador, pero el problema es que Independiente también lo quiere”.

Se trataba de Jaime Ayoví. Luego de ver una serie de videos al otro día en el club, Mansur no dudó un segundo y dio el visto bueno. Si bien en el último certamen de Argentina no iba a haber descensos en la máxima categoría, la idea del club ‘bodeguero’ fue sumar un buen colchón de puntos de cara a 2015.

Lejos de los últimos escalones en la tabla de promedios, a la cual todos le escapan, desde la dirigencia del equipo mendocino se movieron rápido, acordaron un préstamo por 6 meses con el Tijuana mexicano y Ayoví se puso la camiseta del equipo dirigido en su momento por el estratega Carlos Mayor.  

Y así la ‘Yoya’, exEmelec y Liga (Q), se subió a una montaña rusa de emociones con el ‘Tomba’ para terminar siendo el goleador de la institución (con 9 tantos) y pieza clave a retener para el año que viene.  

La última fecha del torneo argentino ante el flamante campeón Racing de Avellaneda hizo que Jaime Ayoví pospusiera sus vacaciones en Ecuador. Luego de ese importante cotejo, cambiando su chip de la cabeza, le confesó a EL TELÉGRAFO: “Voy a ver las finales entre Barcelona y Emelec. Mi sueño es retirarme en Emelec, donde debuté, aunque antes tengo la cuenta pendiente de jugar en Europa”.  

Si hace un balance de su desempeño en esta temporada, ¿cuál cree que es el resultado?

Fue un buen año. Tuve mi primera experiencia en un mundial, aunque no jugué en Brasil, pero viví de cerca ese acontecimiento. En México no me fue muy bien en Tijuana, aunque en Godoy Cruz terminé revirtiendo la situación.

¿Qué le complicó el primer semestre del año?

Tuve una lesión en el partido contra River de la Copa Sudamericana. Como llegué al club sin pretemporada, me costó adaptarme en lo físico. De todas formas me puse a punto y terminé jugando más de la mitad de los partidos en este torneo. Me entrenaba en jornadas de doble turno por separado y cuando tuve mi oportunidad la aproveché.

¿Cuál es la diferencia entre el fútbol argentino y el ecuatoriano?

En Argentina el torneo es muy competitivo y dentro de la cancha hay pocos espacios. Es complicado desequilibrar, ya que ningún jugador da la pelota por perdida. Acá se aprende a jugar a un toque porque si no el rival te come los talones.

¿Qué te llamó la atención de la vida acá?

Me sorprendió la hora de la siesta. En Argentina se respeta el horario de la siesta luego de almorzar. Mientras mis compañeros en la concentración se iban a dormir, yo no podía cerrar un ojo. Además, se extraña el calor, la temperatura de Guayaquil es especial. Extraño mucho la comida de la costa ecuatoriana, aunque la alimentación de un deportista es igual en todos lados con la pasta, carnes y ensaladas.

¿Habla con frecuencia con otros coterráneos que juegan acá?
Con Juan Cazares no tuve la oportunidad. Él juega en un equipo de Buenos Aires, y yo, al estar en Mendoza, se complica la comunicación con los compañeros ecuatorianos.

¿Ve el torneo de Ecuador?

Veo todos los partidos. Por internet, los sigo en la ‘tele’ cuando encuentro algún compilado. Mi familia me mantiene al tanto. Ahora se viene una final muy importante entre Barcelona y Emelec. Seguro la voy a ver.

¿Cómo está compuesta su familia?

Con mi esposa Tatiana nos conocemos desde el colegio. Yo tenía 17 años y ella 18. Es mi cable a tierra, incluso me dice cómo terminan los partidos, aunque yo me acuerdo de cada fecha que juega mi equipo, Emelec. Además, tenemos dos niños: Rihanna, de 6 años, y Jaime Jr., de 2. El nombre de la nena lo eligió la madre por la cantante.

¿Qué sentimientos tiene hacia Emelec?

Debuté allí a los 17 años y la verdad es que siento un cariño inmenso. En mi cabeza está la idea de volver algún día para ponerme la camiseta. Ojalá se dé en su momento.

¿Lo ve como algo muy lejano?

Por el momento siento que tengo una deuda pendiente. En la mente de un jugador sudamericano siempre está la idea, el sueño, de llegar a Europa. Igual pienso en lo que sería mi retiro, y lo veo con la camiseta de Emelec.

¿Cuál es su objetivo en la selección de Ecuador?

Es un seleccionado renovado. Después del Mundial de Brasil con Reinaldo Rueda se hizo cargo Sixto Vizuete. Las ilusiones vuelven a renovarse, siempre trabajando, y el deseo es seguir dando el presente en el equipo y llegar de la mejor manera a la Copa América. Espero estar entre los convocados.

¿Qué va a hacer en estas vacaciones?

Fue un año de mucho trabajo y, luego de tres temporadas, por fin voy a poder llevar a cabo un descanso en Ecuador. Los últimos tres años estuve de pretemporada, pero ahora voy a disfrutar de mi gente para ponerme a punto de cara a lo que se venga.

El actual entrenador de Godoy Cruz, Daniel Oldrá, le pidió a la dirigencia que negocien por su continuidad en el club, ¿qué le genera eso?

Ese pedido es una demostración de que hice bien las cosas en el club. Mi representante está dispuesto a hablar, me gustaría quedarme, pero la vida de un futbolista se lleva a cabo en distintas partes del mundo.