El olor a humedad que surge de  las paredes sin pintar invade un local en construcción del Centro Comercial Village Plaza (kilómetro 1,5 de la vía a Samborondón). A ese intenso olor se añade la escasa iluminación que le da a ese sitio un toque misterioso y muy ‘gansteriano’.

Ese es el ambiente en el que se desenvuelven Joe (Fernando Gálvez), su hijo Eddie (Danilo Estévez), Señor Blanco (Andrés Garzón), Señor Naranja (Víctor Aráuz), Señor Rubio (Alejandro Fajardo), Señor Rosado (David Reinoso), un policía (Marcelo Varas) y otros personajes en Perros, la adaptación teatral que  Jaime Tamariz hace de Reservoirs Dogs, la primera cinta que dirigió Quentin Tarantino en 1992.

No obstante, la rusticidad no se limita al escenario en el que el frío cemento sustituye a las pulidas tablas. Los graderíos metálicos, instalados para la ocasión reemplazan a las cómodas butacas. Ahí el público acudió el martes pasado al ensayo final de la obra, que se estrena hoy, desde las ocho y media de la noche.

La idea de Tamariz, quien hace cinco meses adaptó One Flew Over the Cuckoo’s Nest, es que el público se involucre más con lo que sucede en Perros.  Según él, su intención era hacer más creíble su obra, a través de la simulación de una bodega abandonada en la que se puedan desenvolver los delincuentes que Joe, un viejo mafioso, contrata para robar los diamantes de una joyería, según la trama original de Tarantino.

“Adecuar el teatro representaba una mayor dificultad para todo el equipo. Por eso se prefirió buscar algo más bien rústico que se asemejara a una bodega”, dice. 

Tras conseguir el local, el ‘staff’ de la productora   Daemon empezó con la adaptación del guión y luego convocó audiciones para escoger a los actores. Denise Nader y Andrés Crespo se encargaron de eso.

“Tocar a Tarantino fue muy difícil. Él  es muy específico a su cultura americana. Lo que nosotros hicimos fue ver qué era lo que nos quería contar Tarantino y tratar de hacer lo mismo. Buscamos iconos que representaban nuestra propia cultura”, dice.

Por eso,   para la adaptación de la cinta, según Nader “ se remontaron a lo que se vivió en las décadas del 80 y 90 en Ecuador, como la sequía de la marihuana. Y ese es uno de los puntos que tocan sus personajes”.
Agrega  que otro de  los retos a los que se enfrentaron al adaptar la historia fue manejar el tema del ‘flash back’, que tiene la cinta.

“Lo que  se hizo fue tratar de llevarlo a lo más simple, a una estructura muy básica del  teatro clásico al incorporar todos  esos elementos en sus diálogos”, señala.

Hay otra variante en esta adaptación. La cafetería de las primeras escenas es reemplazada por una mesa de billar, mientras que para el segundo acto aparecen todos vestidos de traje negro y es donde se desarrollan las discusiones   entre los integrantes de la banda.  

Tamariz, quien también ha versionado Cat on a Hot Tin Roof y The lover, no utiliza telones para Perros. El manejo de luces para cambiar de acto son suficientes.

Para acortar la trama, lo del asalto a la joyería no se ve. Más bien se recurrió a la transmisión de un noticiero en el que una periodista (Suaenny Bejarano) habla de lo que fue el atraco. Su intérprete también  es  la  encargada del vestuario.

El resto del equipo técnico para esta obra lo forman   Daniela Ramírez,    Tuti Loor,  Andrea Cortez; Juan Carlos Pantoja (efectos de sonido); Nicky Smolij (diseño de luces); Álex Fonseca (escenografía) y otros.

Gálvez, Garzón, Estévez, Reinoso y los demás actores escogidos durante las audiciones ensayan desde hace tres meses para Perros, cuya entrada costará 20 dólares.

Ellos encarnan al grupo de desconfiados delincuentes desconocidos entre sí que llevados por su ambición terminan enfrentándose unos contra otros y mueren.

“Es una trama que trata de entender el mundo masculino, la relación que llevan, una  jauría de perros buscando tener el control a lo salvaje, semejante  a lo que se daba en  las tragedias griegas”, concluye Tamariz, un director que en menos de dos años ha impuesto su sello al adaptar obras literarias, teatrales y fílmicas para las salas locales.