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Pisos vemos limpiarlos no sabemos

Pisos vemos limpiarlos no sabemos
28 de julio de 2013 - 00:00

¿Agua, detergente, un trapeador? ¿Qué usa para limpiar su piso? Asear el suelo de la casa es más que una simple actividad en la lista de “cosas por hacer”, y es el material con que está elaborado el que determinará el método más adecuado.

Por ejemplo, no es la misma limpieza para los pisos de cerámica la que se utiliza en los de madera o cerámicos vidriados. En este último caso se debe usar la aspiradora para retirar el polvillo; luego, un trapo humedecido en agua tibia y algo de líquido especial para ese fin.

Si la cerámica es común, la situación es fácil, pues no hará falta la aspiradora; bastará con barrer el polvo  y pasar un trapeador húmedo -con agua común-. En manchas rebeldes puede aplicar una solución de vinagre y bicarbonato o un limpiador antigrasa de cocina.

En el de linóleo, en cambio, el trapeador puede quedar en segundo plano hasta cuando sea necesario, y no debe estar demasiado mojado, pues la humedad hace que se torne quebradizo. Con aspirar un poco es suficiente. Para este piso nunca utilice agua, limpiadores calientes ni cepillos duros o trapos de acero, es muy delicado.

La aspiradora y un trapo húmedo bastan para los pisos de mármol.

En el caso de los de mármol bastará con aspirar, o simplemente pasar un trapo húmedo en una solución de vinagre blanco en diez partes de agua tibia. Ya que se trata de un material poroso, evite el uso de limpiadores cremosos o abrasivos.

Los de corcho y de goma, en cambio, se deben aspirar sin trapear. Utilice limpiadores de base acuosa, y suaves, en lugar de solventes, que pueden dañarlos irreparablemente. Evite su exposición directa al sol.

Si el suelo que tiene es de piedra o baldosas, use la aspiradora con gran practicidad. Si hay suciedades difíciles de asear, pase un trapo humedecido en agua fría y deje secar, o espolvoree bicarbonato sobre la mancha y retire con una esponja humedecida en limpiador multiusos. Culmine con un trapo seco.

El tratamiento para los de plástico busca que luzcan brillantes. Puede agregar al agua un chorrito de kerosene o pasar una vez al mes una cera líquida apta para este tipo de suelo. Si se han ennegrecido un poco, por el paso del tiempo, solo basta pasar un trapo húmedo en una mezcla de agua con un chorro de amoniaco, y luego enjuagar bien.

Cuando note que su piso tiene muchas rayas, es debido a un exceso de cera (esto ocurre luego de pasarle muchas veces este producto). Lo mejor es retirar toda la cera que tiene con un líquido específico para esta tarea y luego encerar nuevamente, quedará como nuevo.

Cuando de granito se trate, lo mejor es pasar sobre este un trapo húmedo con agua y jabón neutro. Evitar siempre que estos suelos tomen contacto con líquidos corrosivos, como el amoniaco y ácidos, pues pueden dañarse. Para retirar el polvo o la tierra, basta la escoba.

Si por alguna razón el suelo se encuentra muy sucio, se puede optar por una mezcla de agua y unas gotas de lejía. Pero este método debe ser usado solo en casos extremos, ya que puede ocasionar pérdida del color.

Otro tipo de piso es el de terrazo, un material muy económico y común. Para mantenerlo limpio solo hace falta una mezcla de agua y detergente. Si queremos darle un poco más de brillo, se le deberá aplicar una capa de cera liquida o abrillantador.

Si debemos eliminar grasa del suelo de terrazo, lo mejor es utilizar una mezcla de agua y detergente a la que le añadiremos un chorro de amoniaco. Si la mancha está muy seca, probar aplicando sobre la superficie de la misma una aleación de disolvente de pinturas con un pincel o algodón, dejar actuar unos minutos y enjuagar muy bien con agua caliente y detergente.

Para los de madera no es conveniente el uso de productos abrasivos, ácidos o cepillos duros, que pueden rayar la superficie y romper las juntas. Tampoco deje que la suciedad se pegue sobre este, limpie a menudo y elimine el polvo con una mopa o un trapo seco.

Utilice un cepillo de cerdas naturales, y si hay partículas de suciedad acuda a una aspiradora, las recogerá sin arrastrarlas, evitando el efecto lija que puede producir ralladuras en su suelo. Al momento de mancharse pase un paño húmedo, sin mojar demasiado la madera. Es imprescindible evitar limpiarlo con abundante agua, la humedad es enemiga de este y puede provocar levantamientos.

No añada al agua productos con alto componente ácido o que contengan ceras o siliconas. Su uso repercute en el posterior rebarnizado. El peor enemigo de los suelos de madera son algunos productos para madera con químicos o muy abrasivos, que a la larga le quitan el brillo y generalmente corroen el suelo.

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