Darle una sorpresa distinta cada año, en una fecha especial como el Día de la Madre, es algo que siempre tratan de hacer William y Paola, los hijos de la cantante quiteña Paulina Tamayo. Y hoy no será la excepción, ya que aseguran tener algunas sorpresas para hacer sentir bien a su mamá.

Al llegar a la casa de la artista se puede sentir el cariño que hay entre madre e hijo. William estaba a su lado en la sala y ambos expresaron lo orgullosos que estaban el uno del otro.

“El año pasado mi hermana y yo le llevamos el desayuno a la cama y le dimos regalos. Cuando viajamos a Estados Unidos aprovechamos para comprar obsequios porque ella es un poco vanidosa -le gustan los perfumes y las joyas-, entonces los dos ponemos dinero para entregarle presentes. Lo más importante es el detalle y que pase bien”, comenta William, quien a sus 21 años ha comenzado a incursionar en la música al igual que su madre.

Saber que sus hijos se destacan en lo que les gusta hacer es algo que llena de felicidad a Paulina. Para ella son una bendición en su vida. En un principio tuvo problemas para embarazarse debido a ciertos problemas hormonales, pero luego de someterse a un tratamiento de cinco años en Estados Unidos concebió a William. Un año más tarde nació Paola.

La artista los califica como buenos hijos, pues como ella dice, “desde pequeños han sido bien portados, buenos estudiantes y supieron seguir los valores que se les enseñó en casa”.

Y como los genes se heredan, William se identificar mucho con su madre, ya que se inclina más por el arte, a diferencia de su hermana, que prefiere los números como su familia paterna.

Entre los recuerdos que no se borran de la mente de William están los conciertos a los que asistió desde niño acompañando a su madre en cada una de las presentaciones. A decir de Paulina, ella es una “mamá gallina”, siempre queriendo protegerlos, tanto así que no podía asistir a ningún evento sin sus hijos.

“Parecíamos un circo, cargando con biberones, pañales y llevaba a una persona para que me ayude a cuidarlos. Cuando ellos se dormían los acostábamos en los estuches de las guitarras de mis compañeros, ese era el colchón. Pero todo esto los hizo respetar el trabajo que tengo”, manifiesta la artista al recordar sus primeros años como madre.

“Toda esa protección que mi mamá nos ha dado me ha hecho admirarla mucho, y gracias a ella me encanta todo lo que tiene que ver con la música, la danza, la pintura. Cuando éramos niños, con mi hermana nos quedábamos en los camerinos de cada concierto y desde ahí me gustó ese ambiente, así que primero me dediqué al baile y ahora soy parte de una orquesta porque en mi familia todos cantan y crecí escuchándolos”, indica William, quien es profesor de salsa y hace poco egresó de una Ingeniería en Sonido y Acústica.

Pero William no solo comparte el gusto artístico con su madre, como dice Paulina: “él es Tamayo por donde sea”, al referirse a la personalidad de su hijo.

Ella se menciona como una hija bastante responsable y cariñosa, eso le inculca a William, quien siempre se destacó en sus estudios. Fue abanderado en la escuela, presidente estudiantil y líder en otros proyectos escolares.

“Desde niño me escuchaba cantar. Luego me decía que pruebe algo distinto para mejorar. No soy de las personas que piensa que los hijos deben seguir la misma carrera de los padres, pero ‘Wilito’ demostró su gusto por el arte desde pequeño y yo estoy para apoyarlo”, agrega Paulina sobre el vínculo artístico con el mayor de sus vástagos.

Compartir en sus momentos libres con su madre es algo que llena mucho a William, tocar la guitarra, componer y hacer música es lo que prefieren los dos para pasar un buen rato. Lo aprendido en su carrera de sonido y acústica es algo que los une más. Hoy tiene la oportunidad de conocer más sobre el tema y ayudar a su mamá en los shows.

“Ahora me puede colaborar en los conciertos cuando algo no sale bien con los sonidistas, él está ahí para ayudar”, dice la artista orgullosa y aunque reconoce que en fechas especiales como hoy es cuando ella más trabaja, este año ha decidido no aceptar ningún contrato, por lo que pasará junto a su familia, que es bien numerosa.

“Somos siete hermanos, cuatro mujeres y tres varones, y nos reuniremos todos en la casa de mi madre. Hay varios nietos y bisnietos, así que será una reunión bien grande con toda mi familia que adoro demasiado, sin el apoyo de ellos creo que mi carrera no sería la misma”, finalizó.