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El Telégrafo
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Mariela Viteri, una mamá muy cómplice

Mariela Viteri, una mamá muy cómplice
12 de mayo de 2013 - 00:00

Detrás de aquella Mariela Viteri extrovertida hay una mujer muy disciplinada y activa, que no descuida a lo más importante de su vida: Dios y sus hijos Marielita y Ricky Mórtola.

Es jueves 9 de mayo. Aquel día su jornada laboral como propietaria de la revista que lleva su nombre, y de Radio Fuego, se extendió hasta pasadas las siete de la noche.

Tenía una cita con este medio a las siete y cuarto en su hogar -prefiere no revelar dónde reside-. Sin embargo, llega con media hora de retraso por el inevitable tráfico vehicular.

Ofrece disculpas y se dirige hacia su habitación para cambiarse de ropa, mientras Ricky da una vuelta por su sala, una que -según Mariela- está desordenada.

Marielita no está en casa, pero su imagen sí, a través de un cuadro familiar en la sala. Su famosa madre la excusa con un “mi hija es más ocupada que yo. No tienen idea de cuántas cosas hace y eso que solo tiene 16 años”.

Ricky está dispuesto a dialogar. Se muestra muy cómplice con la conductora manabita. Sus miradas lo dicen todo. Se quieren devorar a mimos y besos. Los ojos de Mariela adoptan un brillo único, uno que solo lo puede describir una madre tan orgullosa por su “filósofo”.

Así le dice al menor de sus vástagos. Y aquello se nota con sus poses. Sus gestos y sus respuestas, a ratos, no van acorde con su menuda figura y corta edad. Más bien parece un adulto.

Al preguntarle por su mayor travesura. Mueve sus cejas y lleva sus dedos al rostro para pensar detenidamente su respuesta.

-¿Lo sé yo?, pregunta Mariela.

-Sí lo sabes. Fue hace tiempo. Le había pegado un bofetón a un compañero de clase porque estaba molestando a otro. Quise defenderlo.

La ex conductora del programa televisivo ‘Simplemente Mariela’ lo describe como un defensor. Ricky asiente con la cabeza y cuenta otra anécdota, pero ahora tenía que ver con su hermana mayor.

-Ella había terminado de dar un examen y escuché cuando un compañero suyo decía: “Esta estúpida terminó rápido”. Al principio no sabía de qué hablaba sobre ella. Alguien dijo “ese es su hermano”, y al saber que le habían dicho “estúpida” yo respondí: “¿Qué dijiste?”.

Marielita es una alumna muy aplicada, añade su madre, quien recuerda un apuro grande con su pequeña. Fue tanto el susto de aquella vez que con solo recordarlo sus ojos se humedecen.

-Se había enfermado. Fue un domingo... Mariela se detiene y traga seco. Hace una pausa, se excusa y prefiere no revelar qué le habían dicho inicialmente los médicos, porque aún le resulta muy doloroso.

-Tanto fue la impresión que aquella vez me dio gastritis. Llamé a mi papá, quien es médico. Él estaba en Bahía (de Caráquez) y literalmente salió en pijama para venirse a Guayaquil. Pero cuando ya iba por Charopotó los doctores me indicaron que lo que tenía mi hija era una infección urinaria. Le pedí a mi papi que se regresara.

Ricky, quien tiene 12 años, se siente tan apegado a su mamá que durante unas vacaciones de su colegio iba todos los días a la radio para estar cerca de Mariela. Y claro, también para darle rienda suelta a una de sus pasiones: locutar.

-Me metía en la cabina. Hacía radio con Érika Segale y otros, expresa el preadolescente, quien se confiesa amante de los deportes y de su equipo Emelec. Él afirma que su popular mamá es muy cariñosa. De ella aprende principios cristianos.

Ricky es un jovencito irreverente y hasta cierto punto burlón, porque capta rápidamente muchas cosas que otros no, según Mariela, quien prefiere que por ahora él no maneje cuentas de Facebook ni Twitter, ya que todavía es un niño.

Aunque no ha recibido muchos castigos, Ricky recuerda uno.

-Me había castigado durante seis meses de no comprarme nada. Yo creo que exageró por algo que considero un capricho de ella.

Mariela lo mira. Sonríe y vuelve a mimarlo. Sobra conexión y complicidad entre ellos. Para la conductora, sus vástagos son sus mejores amigos. De Marielita manifiesta que tiene una madurez que asombra.

Son las nueve de la noche. Mariela debe estudiar -cursa periodismo a distancia en la Universidad de Loja (UTPL). También espera a su nena. Ricky debe dormir. Él y su hermana son los eternos regalos de Mariela Viteri por el Día de la Madre.

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