A solo unas horas de lo que será esta noche su presentación en  la 53ª edición del Festival de la Canción en Viña del Mar,   al que no asiste desde hace 18 años, Luis Miguel dio a conocer   sus últimas exigencias. 

El cantante mexicano  pidió un par de  tanques de oxígeno y 20 guardias adicionales, entre ellos diez mujeres, para que se ubiquen entre el palco y la pasarela  e impidan que el público le tome de cerca fotografías con flashes que puedan distraerlo en el escenario de la Quinta Vergara.

Llegará también con su propio director de televisión. Esto debido a que “ quiere mostrar algunas sorpresas  y, para todo eso, vamos a tener una dirección conjunta”, añadió el productor.

El llamado “Sol de México” tiene previsto llegar  hoy  en su avión privado al aeropuerto de Torquemada, en Viña del Mar, unos 125 kilómetros al noroeste de Santiago, y  se hospedará en la suite presidencial del Hotel del Mar, de 90 metros cuadrados, con bañera con hidromasaje y una conexión directa a un comedor reservado. La misma suite que el año pasado albergó al británico Sting y al canadiense Paul Anka.

Luis Miguel llegará procedente de Punta del Este, donde ofreció  un concierto y disfrutó del lujo del balneario uruguayo.

Según varias  fuentes de su discográfica, a su llegada    no atenderá a los medios ni dará la tradicional rueda de prensa previa a cada actuación que suelen ofrecer   los artistas invitados.
Antes de la actuación de Luis Miguel, el cantautor argentino Diego Torres abrirá el evento. Juan Luis Guerra y Salvatore Adamo serán otras de las figuras que subirán al escenario  de la Quinta Vergara en las noches posteriores.