Los españoles Plácido Domingo y José Carreras, más el italiano Luciano Pavarotti fueron conocidos entre 1990 y 2007 como los tres tenores. La muerte del tercero de ellos por un cáncer de páncreas finalizó aquel trío.

Lo curioso es que los tres cantantes han padecido desgracias. El más reciente es Domingo con una embolia pulmonar. Pese a su enfermedad, el famoso cantante lírico escribió a su cuenta de Facebook que se recuperará pronto y que evoluciona favorablemente.

Nacido el 21 de enero de 1941, Domingo permanece desde el lunes pasado en la clínica del Rosario, en Madrid. Carreras también pasó tiempos difíciles con su salud a finales de la década del 80 y no siempre se llevó bien con Domingo. Eran rivales.

Aquí una historia de ambos. No es ajena para los españoles aquella rivalidad entre madrileños y catalanes. Era 1984. Carreras y Domingo se volvieron enemigos por cuestiones políticas.

Por sus talentos vocales siempre han sido solicitados en distintos escenarios del mundo. No obstante, hacían constar como cláusulas en sus contratos que solo se presentarían en determinado concierto si su rival no ha sido invitado. Es decir, evitaban cantar en el mismo escenario.

Tres años después, en 1987, Carreras recibió el diagnóstico de que sufría leucemia. Su lucha contra esa sangre fue sufrida y persistente.

Se sometió a varios tratamientos, como un autotrasplante de la médula ósea, además del cambio de sangre, lo que lo obligaba a viajar una vez por mes a Estados Unidos.

Cuando se agotaban sus condiciones financieras supo de la existencia de una fundación en Madrid, dedicada exclusivamente a tratar casos de leucemia.

Gracias a la ayuda de la Fundación Hermosa, Carreras venció la dolencia y volvió a cantar. En agradecimiento él se asoció a esa fundación, sin saber quién realmente estaba detrás de todo ese grupo humano que lo apoyó.

Para asociarse Carreras leyó los estatutos y descubrió que el fundador, mayor colaborador y presidente de la fundación, era Plácido Domingo.

Se enteró también que Domingo había creado la entidad en principio para atenderlo y que se había mantenido en el anonimato para evitar que Carreras se sienta humillado al tener que aceptar auxilio de un enemigo.

Al poco tiempo, Domingo ofrecía un concierto en Madrid que fue interrumpido cuando Carreras se dirigió al escenario, se arrodilló a sus pies y pidió disculpas públicamente por su enemistad con Domingo. Él lo levantó y con un conmovedor abrazo sellaron el inicio de una gran amistad.

La embolia pulmonar que padece Domingo le impedirá cantar la ópera ‘Il postino en el Teatro Real. Allí el tenor madrileño debía darle la voz a las poesías de Pablo Neruda. Su estreno estaba previsto para el 17 de julio. En su lugar cantará el tenor valenciano Vicente Ombuena.

Según el médico que atiende a Domingo, debe someterse a un descanso obligado durante tres o cuatro semanas.

ESPECIALISTA EXPLICA SOBRE EL MAL DEL CANTANTE LÍRICO

La neumóloga Mireya Rodas Suárez explicó que el mejoramiento del tenor dependerá de su antecedente patológico, los factores de riesgo (en caso de existir) y de cómo su cuerpo reaccione ante el tratamiento.

Detalló que la embolia pulmonar es el resultado de un coágulo de sangre que se desarrolla en un vaso sanguíneo de cualquier lugar del cuerpo -frecuentemente en la pierna-, se traslada a una arteria del pulmón y causa una obstrucción en esta, deteniendo así la adecuada oxigenación a la sangre ya que impide el intercambio gaseoso necesario para vivir.

Añadió que esta enfermedad puede ser difícil de diferenciar, dado que los síntomas (mareo y desmayo, dolor en el pecho, dificultad para respirar, tos con sangre, sudoración excesiva) son muy generales y similares a los de otras patologías y que la misma se diagnostica luego de efectuar una prueba clínica cuidadosa y de analizar otros exámenes tales como una radiografía de tórax, un electrocardiograma, medición de gases arteriales, una prueba sanguínea para detectar coágulos, ultrasonido de las piernas, entre otros.

El tratamiento inmediato, al que el tenor estaría expuesto, usualmente incluye la administración de anticoagulantes para estabilizar el coágulo, prevenir la formación de nuevos coágulos y restaurar el flujo sanguíneo normal en los pulmones. Pueden administrarse oxígeno y sedantes para que el paciente se sienta mejor.

Los medicamentos de terapia antitrombótica se administran por vía intravenosa para romper el coágulo. Sin embargo estos fármacos no se pueden utilizar en personas que hayan sido operadas en los diez días anteriores.