Marcelo Guamán es, sin duda alguna, uno de los personajes más queridos y emblemáticos del programa cómico ‘Combo Amarillo’, que transmite Ecuavisa de lunes a viernes a las 19:30.

Su personalidad gentil, pícara, ocurrida y con aires de galán hace que en cualquier esquina nos encontremos con un ‘Guamán’, sea este serrano o costeño.

Más allá de los libretos y esquemas que se deben seguir para dar vida a este personaje, Jonathan Estrada aporta con todo su ingenio y creatividad para hacer que Marcelo Guamán brille con luz propia.

¿Cómo fue que terminó en el mundo de la actuación cuando sus planes eran ser futbolista?

Jugué hasta los 17 años, porque tuve una lesión bien fuerte que me impidió seguir. Como en ese entonces no sabía qué es lo que quería en mi vida, mis padres me metieron a estudiar administración en la universidad. Pero a pesar de que es una carrera muy linda, yo sentía que no era lo mío. Entré al taller de teatro clásico de la U. Ahí me formé empíricamente porque inicié de una en las tablas y nunca he estudiado actuación.

¿Quiere decir que lo de actuar ya estaba en sus venas?

Siempre tuve esa espinita. Me proyectaba para la televisión. Incluso, cuando jugaba fútbol también sentía que quería estar en la TV.

¿Le costó al principio actuar?

Poco a poco fui aprendiendo de obra en obra. La primera vez que actué fue en Lisistrata y ahí parecía una piedra. Era terrible. Pero poco a poco fui creciendo y a los dos años recién me di cuenta que esto es lo que quería en mi vida. Incluso tenía planes de irme a estudiar actuación en España o en Argentina, pero no pude porque había dinero invertido en mi carrera de administración así que decidí combinarlas.

¿Cree que si hubiese seguido en el fútbol hubiera sido más difícil combinar estas carreras?

Desde luego. En fútbol son 24 horas al día de entrenamiento, porque no solo son las tres horas en la cancha, sino que en casa te cuidas en las comidas, debes estar en forma, debes descansar y todo eso forma parte del entrenamiento. Es diferente en la actuación porque si coordinas bien tu tiempo puedes hacerlo.

¿Y no extraña las canchas?

Antes que sienta y le coja el gusto por la actuación sí extrañaba. Era un futbolista frustrado. Veía jugar y me daba coraje y le decía a Diosito ¿por qué no me hiciste los huesos más duros? Porque creo que las cualidades sí las tenía para ser buen jugador.

¿Cree que hubiese sido un jugador exitoso?

Respeto a todos los futbolistas. Creo que no solo es saber jugar sino ser un buen profesional. Debes saberte cuidar en la parte atlética y psicológica. Es un deporte de alto nivel.  Creo que jamás hubiera sido un jugador internacional por mi fisonomía. Hay gente aquí que juega muy bien pero no están en grandes ligas por su físico. Van a Europa y quedan chiquitos, así tengan magia en los pies.

¿Ya en el campo de la actuación, qué es lo que más le gusta de su personaje de Marcelo Guamán?

Es un personaje que ha tenido mucha evolución. Cuando haces teatro aprendes a hacer una caracterización y le pones tu sentimiento, ingenio y creatividad. Gracias a Dios he tenido a los directores y productores que me han permitido hacer lo mismo con este personaje. Le he puesto cosas mías como los gestos, la vestimenta y todo lo que encierra Guamán.

¿Y qué es lo que más le gusta de él?

Que en cada escena aprendo. Es un personaje que tiene muchos matices. No solo es serio, chistoso o mujeriego. Es un personaje que abarca muchas situaciones. Me gusta lo diverso que es y la oportunidad que me brinda a mí de demostrar y hacer muchas cosas. Lo humanizo.

¿Le molestó el hecho de que su personaje sea tratado como ‘El serranito’?

En el ‘Combo Amarillo’ sí hacemos chistes a diario, pero jamás son regionalistas. En las redes sociales  siempre me escriben y me dicen que se ve chévere que en el programa se lleven bien el mono y el serrano. Yo aquí soy el serranito, pero a veces paso más como mono. Creo que esto tiene que verse con orgullo. Cuando Guamán dice “vamos a pegarnos una papita con cuero” lo digo con orgullo, porque para el serrano ese es el plato más rico del mundo y aquí pasa lo mismo con el encebollado.

¿Y Jonathan qué prefiere comer, el encebollado o la papita con cuero?

Los dos platos porque son ricos.

¿Qué es lo que se le ha pegado de los guayacos?

Muchas cosas, pero lo acelerado. En Guayaquil tienen otro ritmo. Cuando estoy en Quito me dicen ¡tranquilízate!

¿Y en qué se parece usted a Marcelo?

Y soy más introvertido y el Guamán es lo contrario. Creo que se parecen en las vivencias. Yo trato de traducir mis vivencias con algunas que vive Guamán. Esto me permite agregarle cosas locas.

¿Qué no haría en la actuación?

Hice una obra en la que utilicé una malla ajustada al cuerpo que me hacía ver como si estuviese desnudo y después tuve relaciones íntimas con mi pareja. Todo fue artístico pero al mismo tiempo bastante libre. Uno cree que después de esto ya puedes hacer lo que sea, pero no es así. Si me dicen que tengo que hacer de gay lo pensaría mucho porque como soy completamente heterosexual, me daría cosa besarme con otro hombre, si así amerita la escena. Una vez me di un pico con otro hombre en una comedia teatral. Pero hasta salió chistoso porque él era mi pana. Pero cuando se necesita algo más dramático, se comprometen otras cosas.

¿Usted se considera galán como su personaje?

Galán no, pero sí mujeriego. (risas) Lo que pasa es que a Guamán a veces se le mete el diablo, y así venga quien venga la jode así sea fea, pero resulta que viene una chica buenota y él la ve mala. ¡No la jode! Jonathan en cambio no ha tenido la oportunidad de ser mujeriego. Sí me han llovido mujeres, pero a mí siempre me ha gustado conquistar y no que me conquisten. Pierdo el encanto si una mujer se me lanza, así sea guapa.

¿Qué es lo primero que le ve a una mujer?

Lo que todos los hombres ven. Pero si de lo físico debo resaltar algo son los ojos. Creo que ellas con una mirada lo dicen todo.

¿Y qué cree que es lo primero que ellas se fijan en usted? 

Después de todas mis experiencias, creo que las mujeres son medias misteriosas. Siempre he tratado de estar en buen estado físico y yo pensaría que eso es lo que más le llama la atención, pero después resulta que es mi forma de ser con ellas. Creo que una mujer sí se fija mucho en la personalidad de los hombres, más allá de lo físico. Creo que una mujer por más rockera y fuerte que sea, si le sale un galán todo caballero sí la va a conquistar por muy rockera que sea.

¿Cómo se lleva con las redes sociales?

No soy de esos que suben hasta las mínimas cosas. Sí subo algunas cositas como para que mis seguidores vean.

¿Se siente estrella cuando le piden fotos en la calle?

No me la creo. Creo que soy una persona normal y sencilla. No me creo más que nadie porque yo he visto de todo. En mi familia hay gente con y sin posibilidades si es que hablamos de dinero. Así que no me la compro eso lo de famoso. Me gusta que se me acerquen porque de alguna manera constato si mi trabajo gusta.

¿Cuáles son sus gustos musicales?

Vengo de una familia bien unida. Mis padres me han enseñado que todos los extremos son malos. Así que me gusta tanto el rock como el vallenato.

¿Si tuviera que vivir en otra época cuál sería esta y por qué?

Creo que en la época de los huasipungueros. Me gustaría ver si es así como me enseñaron en la escuela que trataban mal a los indígenas o campesinos. Creo que hubiese sido un líder para sublevarnos. Pero me gusta este tiempo.

¿Quiénes son sus héroes de la vida real?

Mis padres

¿Y los de ficción?

Los de South park.

¿Si supiera que mañana se acaba el mundo qué haría?

Estaría cerca de mi familia y en el otro cuarto estaría haciendo el amor. (risas)

¿Qué cree que le diría Dios si lo tuviera al frente suyo?

Me halaría las orejas por tantas locuras, pero también me felicitaría por ser tan agradecido con la vida. Yo todos los días vivo con intensidad y amo la vida. La disfruto y trato de nunca hacerle daño a nadie porque todo se paga aquí. También creo que me retaría por ser impaciente.