Kirk Hammett. Guitarrista
Empezó a tocar la guitarra cuando tenía 13 años.  
Su primera guitarra fue una de la tienda Montgomery Ward. En 1978 tuvo una Stratocaster.
Solo un año (1982) permaneció en la banda californiana Exodus.

Kirk Hammett tenía 21 años y tocaba en Exodus cuando recibió la invitación de Metallica en 1983 para unirse a la banda californiana y reemplazar a Dave Mustaine, quien había sido separado por sus problemas de alcoholismo.

Hasta entonces Hammett se había nutrido de Jimi Hendrix como principal influencia, pero luego se convirtió en alumno del guitarrista Joe Satriani. Este último sostiene que su pupilo nacido el 18 de noviembre de 1962 en San Francisco, California, fue uno de los mejores que pasó por sus aulas.

Hammett se presentará mañana, desde las 20:30, en el Parque Bicentenario, antiguo aeropuerto de Quito. La primera vez que vino al país con el grupo fue hace dos años en marzo.

Guitarristas ecuatorianos sostienen que Hammett recurre mucho el pedal wah (con sonido semejante al que emite la sordina, elemento usado en trompeta y trombón). Leo Fender, el creador de las guitarras que llevan su apellido, y Hendrix innovaron en este recurso.

“Existen memes en contra de Hammett por el abuso del wah. Sin embargo, la popularidad de Metallica le ha permitido liderar encuestas de revistas como Reader Pool o Guitar Player por encima de músicos más virtuosos, como Marty Friedman”, refiere Víctor Chiriboga, quien ha tocado en bandas como Sak, La Ola y otras.

Chiriboga, guayaquileño de 45 años, añade que Hammett es rápido para tocar, pero no en exceso. “Carece de feeling (es decir transmitir sensaciones al público). De hecho, James Hetfield (el otro guitarrista y vocalista de la banda) expone más feeling que Hammett. Quizás abusa del wah por el género que toca. Hendrix era hard rock con psicodelia y Hammett es thrash metal, cuya ejecución es más rápida”, explica Chiriboga, quien también es agente de ventas.

Según el exguitarrista de La Ola, “Hammett llegó en el momento justo y simplemente siguió la línea que había dejado Mustaine. Marcó tendencia en la década del ochenta porque para entonces el thrash era un género nuevo y novedoso que se derivó del rock”.

Eduardo Mackenzie, guitarrista guayaquileño de 43 años, afirma que Hammett no es muy técnico. “Si uno compara las ejecuciones con las de Kiko Loureiro (guitarrista brasileño, que actualmente toca en Megadeth), este último resulta mejor. Hammett tiene su estilo para tocar la guitarra con escalas rápidas (entiéndase como la ejecución de series consecutivas de notas musicales)”, explica el integrante del grupo L.E.G.O.

Mackenzie asegura que Hammett  incorporó arreglos melódicos a las canciones de Metallica, que aparecen en el álbum homónimo (conocido también como el ‘disco negro’, de 1990) y que marcaron la etapa comercial de la banda que también integran el baterista Lars Ulrich y el bajista Robert Trujillo.

“Se trata de arreglos que se inclinan hacia el género blues”, dice Mackenzie, quien coincide con Chiriboga en que Hammett abusa del sonido wah en los pedales de su guitarra. “Su estilo es clásico de las agrupaciones de thrash de la década del 80, que señalaron el rumbo del heavy metal e influenció a las generaciones actuales de guitarristas”.

Mackenzie considera que Hammett tiene una forma de tocar reconocible, sin ser virtuoso como John Petrucci, de Dream Theather, o el solista Steve Vai. “Por eso los fans de Metallica lo estiman tanto”.

Kirk Hammett se distingue por utilizar las guitarras de la marca ESP, aunque también ha recurrido ocasionalmente a las Jackson (tipo Randy Rhoads), Fender Stratocaster, Ibanez y Gibson (modelos Flying V y Les Paul).

Dennis Mancero, ex Blaze y líder actual de la banda Arrechos, reconoce que Hammett tiene sus limitaciones para tocar, que las compensa con feeling y carisma.

“No es un guitarrista megavirtuoso, pero tiene un estilo que ha influido a músicos durante tres décadas y eso es un mérito. Pese a cualquier falencia técnica, Hammett sabe cómo explotar lo que sabe. Hay que recordar que aprendió de Satriani y antes de llegar a Metallica se nutrió de guitarristas clásicos, como Hendrix y el alemán Michael Schenker”.

“Es cierto que le gusta usar mucho el wah, quizás porque lo ayuda a disimular limitaciones técnicas. Su virtud es mejorar una canción en vivo de lo que ha grabado porque transmite lo que siente al espectador. Vive lo que toca en directo. Además, se somete al trabajo de grupo para aportar ideas en la producción de discos”, agrega el también fotógrafo.

Precisamente este oficio le permitió ver a Metallica por primera vez en un concierto de Nueva York como parte de la gira del disco St. Anger hace 11 años. “Con la credencial de fotógrafo estuve tan cerca que pude hasta tocar los pedales de Hammett. El escenario no era muy alto, me daba al pecho (Mancero sobrepasa el 1,80 metros de estatura). El diseño de la tarima era parecido a un cuadrilátero de boxeo. La segunda vez que los vi fue hace dos años en Quito. Ahí lo disfruté como fan”, recuerda Mancero, quien escuchó a Metallica por primera vez hace 32 años cuando John Érick, el entonces vocalista de su banda Blaze, le mostró el disco Master of Puppets.

Mancero recuerda que llevó ese álbum a Locky Pérez, periodista español que difundía el rock en radio y periódicos.

Manolo Castro, fundador de Manu Projetc Rock, opina que Hammett es más virtuoso que melódico. “No tiene la velocidad característica de otros guitarristas virtuosos, pese a que toca thrash metal, pero lo suple con orden armónico y melódico. Tiene solos de guitarra contagiantes y propios, pese a cualquier influencia. Para mí, Metallica fue como una bomba que explotó en mi cabeza cuando escuché sus canciones por primera vez porque en la década del 80 era una novedad el trash metal”, afirma Castro, quien procede de una familia musical liderada por su padre, el arpista tungurahuense Gonzalo Castro.

“Lo que hace grande a Kirk Hammett es su forma sencilla de componer canciones. En el estudio es perceptible la química que tiene con James Hetfield cuando ejecutan riffs de guitarra. Saben cuándo subir y bajar tonos y escalas, tanto en grabaciones como en conciertos. Transmite mucho al público, incluso a los críticos musicales, quienes pueden perdonarle cualquier falencia técnica. No es tan veloz, pero es creativo en sus solos. Sus riffs me han influenciado. Toda la banda lo ha hecho y por eso siempre escucharé a Metallica”, concluye Castro sobre Kirk Hammett, el guitarrista de ascendencia irlandesa por su padre y filipina por su madre.

Los seguidores de Metallica podrán ver a Hammett mañana con sus instrumentos marca ESP, que tiene modelos basados en películas de terror, como La Momia, White Zombie y Drácula. (I)

Su influencia en los guitarristas locales