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El Telégrafo
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Godzilla, desde el punto de vista de Gareth Edwards (VIDEO)

Godzilla, desde el punto de vista de Gareth Edwards (VIDEO)
16 de mayo de 2014 - 00:00 - Redacción Guayaquil

La nueva versión de Godzilla encomendada al director novato Gareth Edwards llega prometiéndolo todo. Tras unos excelentes tráilers que privilegiaban el suspense y cierta sensación de conspiranoia que, efectivamente, se alejan de la aproximación festiva de Roland Emmerich en 1998 con Mathew Broderick como el entonces protagonista, la expectación en torno a lo que parecía una nueva muestra de falta de originalidad en Hollywood fue creciendo.

La película de 2014, que ahora tiene como estelares a Bryan Cranston y Aaron Johnson, ha ido ganándose el respeto de la base de fans recientes del lagarto nipón.

La acción empieza en los años sesenta, con las pruebas nucleares en el Pacífico para saltar rápidamente a finales de los noventa, donde una serie de sismos de misterioso patrón amenazan la estabilidad de una central nuclear en Japón y desencadenan una tragedia que rompe en dos a una familia americana. De ahí saltamos a la actualidad, con los mismos patrones repitiéndose, y el mismo núcleo familia a punto de descubrir la pieza que no encajaba.

El espectáculo pirotécnico de Godzilla es enorme, aunque las apariciones de la bestia se demoran más de lo debido y el tono es más pausado de lo habitual.

De la misma manera, la banda sonora del francés Alexandre Desplat se aleja del estruendo de otros autores habituales en macroespectáculos de acción similares.

A Edwards le interesa aclarar que el motor del relato son ciertas consideraciones sobre el lugar del hombre en la cadena evolutiva, acerca del orden natural de las cosas, y la necesidad de repetir acontecimientos del pasado.

El director británico no parece obsesionado con la destrucción urbana sino más bien por respetar un código propio, una serie de reglas autoimpuestas por el propio él mismo para adoptar un punto de vista humano, más “pequeño” y humilde de lo habitual en este tipo de largometrajes.

A Edwards no le importa esconder al monstruo cuando es necesario o incluso saltarse secuencias de destrucción, como la que tiene lugar en Las Vegas, para mostrar solo sus consecuencias, el rastro de desolación y huellas dejadas por el monstruo.

Godzilla es un filme irregular e interesante, pero que cuando acierta resulta simplemente fascinante, incluso en sus aspectos más claramente extraños de su mitología.

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