Al bailarín cubano Carlos Acosta lo persigue una imagen de niño rebelde y también mimado... así de alguna forma lo ha sido en este país y el mundo, con su capacidad para seducir desde Londres hasta La Habana, su ciudad natal.

Aunque conoce los aplausos del público del Royal Opera House, la Ópera de París y el Teatro Bolshoi, no olvida los códigos que funcionan en los sitios menos ‘glamorosos’ de la capital cubana, donde nació y creció.

Por eso regresó a fundar su propia compañía en Cuba, donde se formó como bailarín, a pesar de contar con oportunidades para establecerse en Londres, la ciudad que lo consintió. “Quiero que el público cubano me vea bailar otra vez, quiero tirar aquí mis últimos cartuchazos”, dijo a PL cuando se le preguntó los motivos que lo llevaron a crear la agrupación Acosta Danza en esta isla.

“Mi corazón siempre estuvo en Cuba, por eso me interesó crear aquí este grupo y no en Londres. Vengo de un lugar muy humilde y en mi país pude hacerme bailarín, ahora quiero dar mi aporte”.

Sus aspiraciones son tener en su propia compañía un elenco que sea capaz de desdoblarse en los más diversos estilos. Para bailar lo mismo un flamenco que un hip hop. “El sueño de cualquier coreógrafo”, según Acosta.

Desde ayer y hasta el 17 de abril, la compañía, conformada por 25 bailarines, presenta en el Gran Teatro de La Habana una selección contemporánea y clásica a cargo de los artistas liderados por Acosta, que interpretará varias obras del programa, como ‘Diana y Acteón’, ‘Les Bourgeois’ y ‘Majísimo’. (I)