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El sistema de drenaje del ‘coloso del batán’ se renovó hace 12 años
El árbitro Ricci no aceptó que el partido empiece 10 minutos después de lo previsto
Los encargados del mantenimiento de la cancha del estadio Olímpico Atahualpa detectaron ciertas zonas en las que el gramado estaba compactado y eso provocó cierto desnivel en la superficie. Ese aspecto, sumado a la gran cantidad de agua que cayó antes del partido entre Ecuador y Bolivia, provocó que la cancha se inunde en varios sectores.
Jaime Morales, principal encargado de la conservación de la hierba del Atahualpa, explicó que la lluvia inesperada trastocó la planificación. Eso debido a que se regó en 2 ocasiones la cancha del Atahualpa, a las 08:00 y a las 13:00, antes de algún indicio de lluvia, por pedido del entrenador Gustavo Quinteros.
“Tuvimos más de una hora de lluvia intensa y cuando sucede algo así se necesita por lo menos media hora para que se desfogue. Sin embargo, la lluvia no bajó su intensidad hasta que empezó el segundo tiempo”, dijo.
Morales contó que antes de que empiece el partido le solicitó al árbitro brasileño Sandro Ricci que retrase unos 10 minutos el inicio del encuentro. La respuesta del central fue negativa. Según el juez FIFA Roddy Zambrano, esta decisión queda a criterio del árbitro y del comisario del compromiso.
Sin embargo, para el presidente de la Concentración Deportiva de Pichincha (CDP), Aníbal Fuentes, se tardó mucho en tomar acción, porque minutos antes de que empiece el partido la cancha ya lucía con acumulaciones de agua. “Esa fue mi observación, porque tardaron en realizar los agujeros, incluso mientras los equipos ya estaban alineados para los himnos. Luego, en el entretiempo se hizo lo necesario y la cancha estuvo en buenas condiciones”, comentó Fuentes.
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Al directivo también le sorprendió que Ricci no probó si el balón rodaba correctamente en el terreno de juego como establece el reglamento, cuando era evidente que la intensa lluvia provocó acumulaciones en el campo.
El invierno en la serranía se incrementará paulatinamente y noviembre será un mes más lluvioso. El 12 de ese mes la Tricolor jugará contra Uruguay en el Atahualpa. Para que no se repita lo acontecido el martes pasado, las autoridades trabajarán a fondo sobre el gramado y la planificación en caso de un nuevo aguacero. Para fin de mes está prevista una descompactación de la cancha, que consiste en el uso de una máquina que realiza orificios de 35 centímetros de profundidad, lo que permite aflojar el suelo, que la planta crezca y que se oxigene en el interior. Ese proceso permitirá que la superficie se nivele.
Morales insistió en que el sistema de drenaje funciona bien, pero por la acumulación de agua, al estar la tierra húmeda con anticipación, complicó la filtración de la lluvia.
El sistema de drenaje se renovó hace 12 años, cuando se levantó toda la grama, se cambiaron todas las cañerías y se ampliaron los canales que reciben toda el agua.
También se cambió la capa de piedra de río, que es uno de los elementos que permiten la filtración hacia los canales mayores. “Ese sistema no es algo que se cambie cada año o 2. La vida útil es de décadas, entonces no es que las cañerías o tuberías estén en mal estado”, agregó Fuentes.
Ayer por la tarde estaba prevista una reunión técnica entre los directivos de la CDP y los encargados del mantenimiento para discutir sobre lo ocurrido, además de las precauciones que se tomarán para los próximos encuentros.
Sin problemas para el torneo
Este fin de semana se reiniciará el Campeonato Nacional y el estadio Atahualpa recibirá 2 encuentros: El Nacional contra Emelec y Universidad Católica frente a Aucas.
En los días posteriores al encuentro de Eliminatorias se trabajará con normalidad para recuperar el gramado. Se reparará los sectores más afectados por el juego en sí, además de cambiar el césped que esté dañado. (I)
Datos
El entrenador argentino Gustavo Quinteros lamentó que la selección no pudo desarrollar su fútbol en la primera mitad, porque la cancha no lo permitió.
Según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), la tarde del martes se registró una tormenta en Quito, que afectó al centro-norte de la capital.
En la segunda parte, Ecuador atacó en el sentido sur-norte, justamente sobre el sector que tenía menor cantidad de líquido acumulado y logró anotar sobre el final del partido los goles de la victoria.
Quinteros pretendía que la cancha esté rápida y para ello se la regó con anticipación, pero no se contaba con la fuerte lluvia que cayó.