Durante el mayor flujo de venezolanos a Ecuador, el Gobierno demandó de la comunidad internacional mayores acciones respecto al masivo ingreso de migrantes. Para garantizar su seguridad se exigió la presentación de documentos que respalden la identidad y, al mismo tiempo, se facilitó un corredor humanitario que los trasladó en buses desde la frontera norte hacia la frontera sur.

De acuerdo con la información sobre movimientos migratorios, hasta octubre habían ingresado 806.616 ciudadanos de ese país y habían egresado 671.549, lo cual indica que se quedaron 135.067. Pero continuaron ingresando y la cifra que se maneja es entre 200.000 y 250.000. El 9 de agosto las autoridades habían declarado la emergencia para atender a los migrantes en las provincias de Carchi, Pichincha y El Oro.

En Quito se reunieron el jueves y el viernes alrededor de 200 delegados de 13 países de la región que se han sumado a la iniciativa ecuatoriana de ejecutar un plan de acción para que el éxodo venezolano sea acompañado de soluciones concretas. La propuesta, según el canciller José Valencia, se basa en los principios de una permanencia regular, cooperación regional con Venezuela y cooperación internacional.

A la reunión acudieron también observadores de Suiza, Catar, Japón, Corea del Sur y delegados de la Unión Europea y de las Naciones Unidas. “La crisis es regional, por lo tanto, las soluciones que debemos adoptar deben tener esa marca regional de integración y cooperación”, explicó Valencia.

El delegado de Acnur y de la Organización Internacional para las Migraciones, Eduardo Stein, cree que la reunión de Quito es una demostración al mundo de cómo abordar la crisis venezolana. Opinó que mientras en otras regiones se criminalizan los flujos migratorios, Sudamérica demuestra su solidaridad. De esta reunión se concluye que, cuando los asuntos delicados se abordan de un modo profesional y técnico, los acuerdos para hallar una buena solución en un tema como la crisis de Venezuela son factibles. (O)