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Hoy tenemos un país sustancialmente distinto en muchos aspectos. Y contamos con generaciones mejor preparadas para mayores retos. Por eso la prensa está obligada a reinventarse, pero sobre todo a pensar en sus lectores, en las nuevas audiencias y en los retos sociales para profundizar la democracia. Ahora que la banalidad invade las redacciones y las páginas de los medios, empobreciendo el debate y distanciando al público de sus verdaderas preocupaciones, EL TELÉGRAFO asume más compromisos y desafíos. Esta nueva propuesta nos obliga a trabajar con otras herramientas, pero con las mismas bases con las que se hace periodismo responsable. Si somos el primer diario público del Ecuador debemos asumir la construcción de una oferta editorial plural, ciudadana y con los pies firmes en una contemporaneidad compleja y rica en desafíos. Queremos una sociedad de lectores y ciudadanos críticos. No nos conformamos con nada ni aceptamos el lado fácil de nuestro oficio. Al contrario: aspiramos a que SÉPTIMO DÍA sea un referente del periodismo para este siglo XXI, al servicio de nuestra ciudadanía, y constituya un escenario para el diálogo pleno, para sembrar de más dudas a todos, pero también para ser un punto de encuentro generacional, regional, global, étnico, político y cultural. Lo hacemos para una sociedad exigente, y nos ponemos a su altura. (O)