La lucha radical contra la corrupción sin ruido y aspavientos es mejor
19 de agosto de 2016 - 00:00No pasa por hacer show, como le gusta a cierta supuesta comisión y a un seudoperiodista-investigador. Esa pésima y nociva escuela la sustentó un legislador socialcristiano y luego la desarrolló otro socialdemócrata. Y de ahí devino en una suerte de plataforma mediática, con la complicidad de uno que otro medio que viven del escándalo.
El caso denunciado por el propio Gobierno en una empresa petrolera pública pone de relieve que no se puede descansar en el combate a uno de los flagelos para la democracia. Y si a eso se suma que los paraísos fiscales son el escudo o la caja fuerte de dineros mal habidos, con más razón adquiere peso el llamado a un pacto ético para que ningún funcionario público ejerza el cargo sin poseer cuentas o sociedades en esos sitios.
No se puede tampoco hacer shows con afanes electorales. Si hay que combatir a la corrupción, con pruebas y dando la cara es mucho mejor, sin ‘escoger’ los casos. Todo o nada, caiga quien caiga, esa debe ser la consigna cívica, ciudadana y pública. Y no hay que descontar que en casi todos los casos los corruptores son del sector privado, por si acaso. (O)