Ojalá ciertos grupos políticos de nuestro país aprendieran de la actitud de varios gobiernos a la hora de solidarizarse con Ecuador: ninguno le puso condiciones a su par local, jamás desconfiaron de su responsabilidad concreta y mucho menos apelaron a la ‘sociedad civil’ para apoyar las tareas de socorro, rescate de víctimas, atención a los heridos y afectados, así como ahora a la reconstrucción. Al revés: sin mirar diferencias ideológicas, pusieron su aparato estatal al servicio de la mayor muestra de solidaridad, como debe ser. Aquí ciertos alcaldes y organizaciones políticas han querido sacar provecho de la tragedia y otros actores políticos usan la coyuntura para sustentar no solo nuevas y más agresivas acciones, sino que han generado una ola de rumores, mentiras, falsedades e injurias sobre lo que hace el Gobierno y la ciudadanía para atender esta emergencia. Son los mismos actores que llaman a la transparencia, pero no explican de dónde salen los fondos para el montaje mediático implementado. Si algún día se llega a saber de dónde sale todo eso, entenderemos por qué actúan con tanta rabia, morbo y veneno. (O)