Hace dos meses se publicó en el Registro Oficial la Ley Orgánica de Comunicación. Hasta ahora, por lo comprobado, no hay una hecatombe ni ha llegado el Apocalipsis, como advertían los opositores a esa norma.
Por el contrario, vemos en muchos medios de comunicación un mejor trabajo sobre las responsabilidades concretas y sobre las obligaciones que siempre debieron existir. Muchos de los medios comerciales y privados señalaron que se generaría autocensura masiva.
¿Ha ocurrido aquello? ¿Han dejado de opinar y publicar lo que suponen es trascendente o revela algo mal hecho por el Estado? ¿Se han cerrado los espacios de opinión, entrevistas e informativos por culpa de la ley? Quizá falta tiempo para una plena evaluación. Por lo pronto, no vivimos el Apocalipsis.