El Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) fue una prioridad política y económica del gobierno de Gustavo Noboa en el año 2000. Y también tuvo una fuerte “oposición” de algunos ecologistas. Varios de ellos advirtieron una hecatombe en la zona. Incluso, en varias proclamas declararon el fin del medio ambiente en, por ejemplo, Mindo.
Y nada de ello ocurrió. Tampoco los medios les dieron tanto espacio a esos ecologistas y proclamaron como una prioridad nacional la construcción de esa infraestructura. Hay que revisar los editoriales de la época. Ahora con el Yasuní ocurre todo lo contrario.
¿La diferencia es el Gobierno que lo impulsa? ¿O ahora los medios no son parte de la misma estrategia económica? ¿Y los neoecologistas de aquella época no son los mismos de ahora que advierten la catástrofe?