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Un soldado tiene unas responsabilidades y compromisos concretos. Violarlos implica una sanción. Pero también tiene derechos y garantías. Por ejemplo: no puede ser torturado, menos humillado. Y si cometió un delito merece un juicio justo.
Además, un soldado no deja de ser un ciudadano y si denuncia el cometimiento de delitos, violaciones legales y sobre todo de atentados a los derechos humanos cumple un deber ineludible.
Cabe la pregunta que ya se hacen algunos legisladores y juristas en el mundo: ¿No es más importante la denuncia de la violación de derechos humanos que la condición de empleado o soldado de un ejército? ¿Esa no es razón más que suficiente para sopesar la sanción a un soldado del país que sea?
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