Bastaría con revisar el texto de una nota de El Universo del sábado último para ver la incongruencia (o la mala fe) con el título. Pero también para considerar que quien permite su publicación lo hace con la  intención de perjudicar  a los lectores, porque es sabido que dañar la imagen del Diario público ya hace rato que lo hacen sin vergüenza alguna.

Entre sugerir y ordenar hay una distancia que cualquier lector la entiende, pero el diario en mención no, para nada.
Para El Universo, sugerir es ordenar y con ello cambia las reglas de la gramática, tras la supuesta denuncia del articulista de El Comercio Antonio Rodríguez Vicéns.

Según este: “Un juez temporal de lo Civil, con fecha 27 de junio de 2012, ordenó que se publique el texto de una escritura pública, como dispone la ley, en uno de los diarios de mayor circulación de ‘esta ciudad de Quito’, para luego sugerir abusivamente que sea en el medio El Telégrafo, de acuerdo al Oficio circular del Consejo de la Judicatura Nº 113-DG-CJ-12, del 6 de junio del 2012”.

Este hecho, para él y para El Universo, ya es un abuso, aunque deberían saber que las publicaciones se sugieren en los diarios de circulación nacional. Para conocimiento del articulista y de la opinión pública, El Telégrafo es el único diario que circula en las 24 provincias de Ecuador. Y por lo tanto, los avisos judiciales o de cualquier índole -de publicarse en este diario- llegarían a todo el país, a diferencia de otros periódicos que se precian de tal cosa y no están en todas las provincias.

Si el articulista mezcla “el agua con la pomada” para atacar a este Diario, señalando dónde se deben publicar los avisos judiciales, que a él y a otros no les gusta leer en el diario público de Ecuador, sino solo en los comerciales, debería pensar antes si con ello no violenta lo que dice defender: las libertades de expresión y de prensa.