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El Telégrafo
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Los equipos de la Prefectura de Santo Domingo de los Tsáchilas limpiaron las vías

El desbordamiento del río Damas afecta el 40% de la parroquia Alluriquín

El desbordamiento del río Damas afecta el 40% de la parroquia Alluriquín
Foto: Carina Acosta / El Telégrafo
27 de abril de 2016 - 00:00 - Andrés Granizo

Alluriquín.-

Los rayos y truenos de la noche del lunes pasado anunciaban una tempestad en la parroquia Alluriquín, en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas. De repente, cuando la tierra empezó a vibrar, los habitantes pensaron que se trataba de un nuevo sismo. Al salir vieron que el agua del río Damas entraba por las calles.

Según datos preliminares de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), la crecida dejó 4 muertos, 300 afectados, calles anegadas con lodo, piedras, palos de árboles que fueron arrastrados por la corriente, así como el sistema de alcantarillado destruido. Los servicios eléctrico y de agua potable fueron cortados de inmediato.

La gobernadora de Santo Domingo de los Tsáchilas, Doris Merino, tras realizar un recorrido señaló que el 40% de la zona sufrió afectación.

Más de 300 personas resultaron damnificadas; de ellas 200 fueron evacuadas a 6 albergues del Recinto Ferial de la capital provincial, en donde el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) instaló áreas para los damnificados que llegaban tras el terremoto en Manabí.

Ahora esos espacios son compartidos por las víctimas de ambos desastres naturales.

Cuando el cauce del río volvió a la normalidad, la maquinaria de la Prefectura inició la limpieza con el fin de habilitar las vías. Drones sobrevolaron la zona superior del río para verificar que no existiera un represamiento que pudiera complicar la situación.

Los habitantes lucían intranquilos y trataban de limpiar el lodo que ingresó a sus hogares y negocios.

Félix Cedeño tenía un karaoke sobre la calle Eugenio Espejo, la más afectada y por donde entró el agua del río. “Lo perdí todo. Estaba cerrado por el estado de excepción, pero la fuerza del caudal hizo que se rompiera la puerta e ingresara todo”, se lamentó. Lo único que pudo salvar fue un monitor y un teclado. Su esposa, Elvira Moreno, tiene un comedor a cuadra y media del karaoke. La pareja reside en la parte posterior del local, en donde, “por fortuna”, el lodo no ingresó. “Después de la medianoche cerré el comedor porque llovía mucho. Cuando fui al cuarto, el agua me llegaba a la rodilla”, narró.

Ana Nogales no pudo dormir por la fuerza de la lluvia. Con su familia estuvo atenta a lo que podía suceder. Los bomberos llegaron media hora después de la crecida para rescatar a la gente atrapada en las casas. “La corriente era fuerte y por eso demoraron en ayudar a los vecinos, muchos de los cuales estaban desesperados en la calle y no sabían qué hacer”, contó la señora, quien vive a dos cuadras de la calle Eugenio Espejo.

Ella, su esposo, suegros y cuñada subieron al segundo piso de su casa al ver la llegada de la corriente. “Tenemos que dormir con los zapatos puestos”, indicó su hijo Matthew, de 4 años, prevenido por el terremoto del sábado anterior. No entendía la dimensión de lo sucedido ayer y saltaba en el lodo con sus botas de caucho.

La desesperación tocó a otras familias como la de Rosario Criollo. Ella terminaba de laborar en su puesto de melcochas frente a la iglesia de Alluriquín cuando vio la crecida del río y corrió con una compañera. Sus hijos, Juan y Ricardo, estaban en su hogar, pero la madre no podía comunicarse con ellos para conocer su estado, tampoco logró retornar a casa porque todo estaba cubierto de lodo. Horas más tarde supo que estaban bien.

El presidente Rafael Correa llegó  a las 12:00 de ayer a recorrer la zona afectada. Conversó con quienes perdieron viviendas y negocios. Les pidió calma, verificó los trabajos de limpieza y ofreció el apoyo del Gobierno. (I)

DATOS

La vía Alóag-Santo Domingo fue totalmente cerrada ayer al tráfico de carga y de pasajeros debido a deslaves ocurridos en diferentes tramos y ante lo ocurrido en Alluriquín.  

Las vías habilitadas que unen a la Sierra con la Costa son Calacalí-La Independencia; Ibarra-San Lorenzo-Esmeraldas; y Latacunga-La Maná-Quevedo.

En uno de los tramos de la vía Alóag-Santo Domingo, los pasajeros de 11 buses y 8 camiones fueron ayudados a evacuar, ya que se encontraban atrapados por las corrientes de lodo provocadas por los deslaves.

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El fenómeno de El Niño y sus anomalías tienden a debilitarse

Las lluvias, por encima de lo normal, continuarán en la Sierra centro y norte

El último análisis estadístico de las estaciones de los Servicios Meteorológicos de Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela estima que desde abril hasta junio de 2016 existen mayores probabilidades de lluvia por sobre lo normal en la región del Orinoco de Venezuela; en la zona centro y norte  de Ecuador; en la parte norte y sur del Perú; mientras que en Bolivia, Paraguay y Uruguay en gran parte del territorio nacional.

En el caso específicamente de Ecuador, el Ciifen (Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño), indica que persisten “probabilidades significativas de lluvia sobre lo normal en la región Interandina centro-norte. Para el resto del territorio nacional: probabilidades alrededor de lo normal bajo lo normal”.

Tanto el Inamhi como el Ciifen destacan que las lluvias actuales son parte del invierno normal en el país.

Con respecto al fenómeno de El Niño, en la zona ecuatorial el Ciifen notó que bajo la superficie del mar y hasta la costa de Sudamérica aún persiste una masa de agua cálida, “que cada vez se adelgaza más, reduciendo su extensión y la magnitud de las anomalías”.

Es decir, las actuales condiciones en el Pacífico muestran que un evento como El Niño se encuentra en una fase de declinación, al menos en Suramérica. “Las predicciones de los modelos globales más recientes sugieren que en diciembre de 2015 El Niño habría alcanzado su máxima intensidad y que al momento se encuentra en la fase de declinación, llegando a condiciones neutrales a mediados de año aproximadamente”, cita un reporte del Ciifen.

Este pronóstico guarda similitud con lo explicado por el Centro de Predicción Climático y el Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad.

Casi todos los modelos aplicados muestran que la temperatura en el Pacífico ecuatorial en abril se ubica entre 1,0 grados centígrados y 1,5, debilitándose durante el último mes.

Estos organismos indican que en el verano de este año se dará paso a una etapa de ENSO-neutral. Esta fase se refiere al período en el que ni el fenómeno El Niño ni la corriente de La Niña están presentes, sino que más bien se trata de una transición entre ambos eventos. Durante el período de ENSO-neutral las lluvias y los vientos atmosféricos en el Océano Pacífico están en niveles promedios.

Mientras que a mitad de 2016 los organismos meteorológico observan un aumento de probabilidades de los efectos de La Niña. Esta corriente fría se caracteriza por períodos de temperatura superficial y profunda del océano de 1 grado a menos 2 grados centígrados.

Si bien en el país El Niño no tuvo un impacto severo a nivel global, ha impactado a 65 millones de personas, en especial en el sur de África, donde el fenómeno se evidencia con prolongadas sequías. Igual ocurre en América Central, donde hasta el 90% de las cosechas de maíz aún está en peligro. (I)

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