El 80% del comercio de Ecuador se moviliza a través de sus cuatro puertos marítimos, razón suficiente para que el sistema portuario local  tenga un impacto importante en la economía.

El tema cobró notoriedad luego de que el presidente de la República, Rafael Correa, anunció que desaparecería la figura de los directorios de las autoridades portuarias de Guayaquil, Manta, Esmeraldas y Puerto Bolívar, para dar paso a la rectoría del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), con el objetivo de lograr coordinación y eficiencia entre los puertos marítimos.

El problema, según explicó Pilar Proaño, subsecretaria de Puertos, es que, pese a que estos nunca dejaron de ser públicos, no había un direccionamiento ni un ente rector, sino, por el contrario, una planificación independiente.

Sin embargo, el tema parece complejo. Roberto González, especialista en logística portuaria, comentó que cada uno de los puertos ecuatorianos tiene características y vulnerabilidades particulares que, más allá de su infraestructura, obedecen a temas comerciales y productivos.

La dinámica es distinta. Por ejemplo, por el puerto de Guayaquil se estima que pasa más del 80% de la carga del país, “pero en el caso de Manta, muchos de los productos que allí se elaboran, como pescado y café, tienen su proceso de valor agregado cerca de Guayaquil, por lo que es ese puerto su ruta de salida”.

Algo similar ocurre con el puerto de Esmeraldas por donde -según González- sale apenas el 5% de productos de esa provincia. Gran parte de la carga que se exporta proviene de Pichincha.

De momento, mencionó Pilar Proaño,  se trabaja en un plan sectorial portuario, en el que se establecerá una política a largo plazo, con un diagnóstico específico, considerando los temas de comercio y competitividad y enfocado a las necesidades que tiene el país en materia comercial. Incluso se contempla el rol de los puertos en el proceso de cambio de la matriz productiva.

Dentro de este análisis participan los ministerios de Industrias y Productividad (Mipro), así como el Coordinador de la Producción e Industrias Básicas. “El papel más importante es el de la logística en el proceso de transformación de modelo económico, que es primario y terciario, a uno de mayor valor agregado, y en ese sentido los puertos tienen que estar preparados”, señaló Proaño.

Por ahora lo prioritario, a decir de la funcionaria, es construir una consolidación institucional en la cual se trabaje en una línea clara de administración con sustento de planificación pública. “Esa es la razón principal, extinguir los directorios para que sus competencias sean asumidas  por la Subsecretaría de Puertos”, dijo.

El decreto presidencial direcciona el tema de la planificación al MTOP, pero el administrativo seguirá siendo manejado por los gerentes de cada una de las 4 autoridades portuarias del país.

El puerto de Guayaquil, concesionado a Contecon en 2007, continuará funcionando con la misma modalidad, mientras que el proceso de concesión que se desarrolla en el de Manta, tras la salida de la china Hutchison Port Holdings en 2009, también seguirá adelante.

En el caso de Esmeraldas, su administración está desde 2010 en manos del Estado.