En la última década existe un repunte del coaching no solo en América Latina, sino también en Ecuador. Cada vez son más las empresas y profesionales que se interesan por este tipo de servicios cuyo único objetivo es motivar a los trabajadores para que estos a la vez aumenten la productividad en sus puestos de trabajo.

Según datos el International Coach Federation (ICF), el conocimiento sobre coaching aumenta en Latinoamérica.

En Brasil se incfrementó 30 puntos porcentuales (de 41,4% a 71,4%), en Argentina 7 puntos (44,6% a 51,3%) y alrededor de 10 puntos en México (de 49,7 a 59,3%).

Mientras que en  Ecuador se incrementó de 15% al 20%; es decir 5 puntos porcentuales en los últimos cinco años.

Para Galo Salazar, del Instituto de Coaching Latinoamericano (Incolat), el motivador tiene el arte de ayudar a otras personas.

Para Salazar en Incolat aplican la filosofía de Sócrates, es decir la mayéutica, donde la persona reflexiona muchos aspectos de su vida con el fin de sacar ese liderazgo o talento escondido. “El coach por nada debe juzgar durante un proceso”.

Carlos Rodríguez, coach de la Escuela de Logros, recalca que su equipo se dedica a la formación de emprendedores y para ello tiene el programa G.O.A.L que dura tres meses y  consta de tres módulos.

“El término es un acrónimo que define a nuestro entrenamiento, se lee como “Generando Oportunidades, Alcanzando Logros”.

La actividad en sí es una amalgama de tipos de coaching para motivar al participante en la consecución de sus logros”, dijo Rodríguez.

Robin Dávila, fundador de Neuro Academy, indicó que existen muchas escuelas cuyos representantes no tienen la preparación necesaria para ser motivadores.

“Está en boga ser coach, pero es una moda pasajera. Quienes realmente se mantendrán son los que conozcan el arte del coaching”.

El argentino Carlos Rossi, investigador multidisciplinario especializado en la Neurociencia, cuestionó que ahora cualquiera lee un par de libros y se autocalifica como coach. (I)