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La creatividad nace en las aulas del colegio técnico Misioneros oblatos

El carro, conocido también como buggy, fue hecho por los estudiantes del colegio Oblatos.
El carro, conocido también como buggy, fue hecho por los estudiantes del colegio Oblatos.
Fotos: Fernando Machado / EL TELÉGRAFO
15 de mayo de 2018 - 00:00 - Rodrigo Matute Torres

Construir un buggy (carro) o automatizar el sistema eléctrico del vehículo para muchos no está en mente, pero sí para los alumnos del último año del colegio Misioneros Oblatos de Cuenca.

Nerviosos, impacientes, casi asustados, los estudiantes Cristian Rivera, Daniel Álvarez y Luis Morocho  esperaban en el patio de su colegio, el momento de mostrar el trabajo que habían desarrollado por más de 4 meses. Ellos, al igual que el resto de sus compañeros, construyeron un buggy como parte de su tesis de graduación.

Rivera y Álvarez, desde niños, se han inclinado por la mecánica automotriz e incluso quieren hacerla su profesión en el futuro, sin dejar de estudiar en la universidad. En estos últimos meses trabajaron desde las 18:00 hasta las 21:00, casi todos los días; de esta forma los estudiantes sacaron adelante el proyecto, contando con el apoyo de sus padres.

El carro está diseñando para rodar en terrenos difíciles, ya sean pantanosos o arenosos. Tiene un chasís ligero, una carrocería sin cubierta, y con ruedas gruesas. Según el estudiante Álvarez, funciona con un motor de cuadrón de 250 cc. Los estudiantes reciclaron materiales por la ciudad y lograron armar la carrocería.

“Nos ha tomado un buen tiempo, pero valió la pena el esfuerzo”, dijo Rivera y agregó que el vehículo que construyeron está valorado en

$ 2.400 y ya tienen varios oferentes. “Es el costo del material empleado, esperemos que alguien nos pueda dar un poco más de dinero por la mano de obra”, indicó.

A un costado estaba Jorge Tacuri, Diego Rumipulla y Jonathan Sanisaca, también esperaban con su buggy para movilizarse por el patio del colegio. Este vehículo tenía una particularidad. Su sistema eléctrico fue automatizado, ellos (estudiantes), mediante una aplicación en su teléfono celular, podían encender las luces e incluso encender el motor del vehículo. Los estudiantes a su buggy le llamaron ‘Apollo 17’, su construcción comenzó en noviembre del año anterior.

El diseño del carro fue levantado en planos en 3D y 2D, dijo Rumipulla y añadió que puso en práctica lo aprendido en su establecimiento cuencano. “Nos tomó 6 meses el trabajo, pero no me arrepiento de nada”, dijo y agregó que el costo del carro actualmente es de $ 3.200.

Así como ellos, 38 estudiantes del colegio Técnico, Misioneros Oblatos, mostraron sus habilidades y creatividad en una Casa Abierta, destinada a los alumnos y padres de familia.

Los estudiantes construyeron 10 buggys y 2 go karts (vehículos más pequeños), para eso se formaron grupos de estudiantes dentro del establecimiento para construir sus estructuras. Levantaron planos, recolectaron y compraron chatarra e iniciaron el proyecto.

Para el rector del establecimiento, padre Pepe Conde Castillo, el colegio se ha convertido en un formador de estudiantes técnicos en mecánica, con gran reconocimiento en las empresas cuencanas, puesto que muchos de sus alumnos realizan prácticas y otros trabajan en varias mecánicas de la ciudad.

“A ellos les impartimos, puntualidad, respeto, responsabilidad”, dijo el rector. Además señaló que el establecimiento cuenta con 530 estudiantes, los mismos que además de sus estudios, también hacen prácticas en sus propios talleres, ubicados en el sector de Guncay, en las afueras de Cuenca. El establecimiento fue creado en el año de 1983.

“Los jóvenes que medianamente son pobres, con papás migrantes, tienen muchas condiciones y capacidad para crear elementos de alta complejidad”, dijo el rector.

Luis Zárate Naula, encargado de la parte técnica, indicó que la labor de seguimiento se hace con la colaboración de 3 docentes del colegio.

“Los estudiantes y los padres de familia trabajan conjuntamente”, indicó Zárate. Para el docente, es importante que los estudiantes tengan creatividad y que la plasmen en sus proyectos. En junio, los alumnos mostrarán en las calles de Cuenca el trabajo hecho en las aulas. (I)

Algo más

Materiales reciclados

Los estudiantes reciclaron sistemas de frenos de carros y bombas de cañerías.

Un aprendizaje permanente

Cristian Rivera asistió varias a casas abiertas para luego construir el buggy.

Armar pieza por pieza

Daniel Álvarez, estudiante, compara su trabajo con armar un “rompecabezas”.

Carros a la venta

Los vehículos tiene un costo. Los estudiantes ofertan a los interesados.

Dirección del establecimiento

El colegio está junto al parque de la Merced, en Cuenca. (I)

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