Antes de asociar su apellido con una de las marcas de vehículos más grandes del mundo, Henry Ford se dedicaba a la agricultura, en su natal Michigan (EE.UU.).

Desde pequeño fue conocido en el pueblo por sus habilidades para reparar relojes, puesto que era muy curioso con todo lo relacionado a máquinas y motores. Cada vez que viajaba a Nueva York con su padre, se perdía en las grandes fábricas de  siderurgia.

En la década de 1890, concentró su interés en los motores de combustión interna y, antes de terminar ese año,  se enroló como ingeniero de la Edison Illuminating Company. Juntó sus ahorros de 3 años y fabricó su primer vehículo, al que bautizó como ATV.

Ese modelo no tuvo mayor impacto, por lo que continúo trabajando con relación de dependencia y 4 años después pudo fabricar, en un pequeño taller, 3 nuevos modelos de autos.

Los carros fueron un éxito y Ford unió sus esfuerzos con A. Y. Malcomson, un comerciante de carbón de  Detroit. Así nació Ford Motor Company, el 16 de junio de 1903.

Los primeros años fueron difíciles para la compañía hasta 1908 cuando llegaron los icónicos modelos T, lo cual marcó el comienzo de una nueva era en América.

Fue el noveno vehículo producido por Ford y lo llamó “el auto universal”, un vehículo de bajo costo y confiable, que pudiera ser de fácil  mantenimiento y que recorriera los caminos pobres de esa época. Vendió más de 15 millones de unidades y puso al mundo sobre ruedas.

En 1913, Ford creó la línea de montaje de automóviles, y la empresa creció a tal punto que, para 1914, Ford tenía 13.000 empleados y produjo alrededor de 300.000 vehículos.

La construcción de la planta de Rouge en 1917 fue el primer paso hacia el sueño de Ford para montar un complejo integrado de manufactura, donde el procesamiento de materias primas, las piezas y el montaje se realizaba de manera eficiente en un solo lugar.

El impacto de Henry Ford en el mundo es prácticamente incalculable. Su producción en el mercado masivo automovilístico ayudó a desarrollar la economía agrícola en Estados Unidos y trajo una nueva era de prosperidad industrial y urbana en el mundo.

Muchos historiadores le atribuyen la creación de la clase media en Norteamérica. Su alto salario base —revolucionario en su momento—, fue un precedente para la distribución de los ingresos de la compañía que más tarde influyó en las prácticas de gestión. “La visión de mi bisabuelo era la de mejorar la vida de las personas mediante la fabricación de automóviles asequibles para la familia de clase media. Su idea de la producción de automóviles con un precio razonable, que hoy en día aún resuena”, comentó Bill Ford.

La curiosidad y la vocación empresarial de Ford fueron responsables de una larga lista de novedades en vehículos, su espíritu de innovación sigue siendo el motor de Ford Motor Company y está presente en vehículos como el F-150, Mustang y Fusion Hybrid; su fuerza de trabajo está vigente en los seis continentes, así como también en las mejores tecnologías como SYNC y EcoBoost.

Los carros eran para la clase media, pero bien equipados. Foto: Internet

Algo más

- Mejores salarios. El empresario elevó a $ 5 diarios el salario de trabajo en la fábrica, el doble del estándar de la industria. Ford consideraba esto como una forma de dividir las ganancias de la empresa con quienes ayudaron a producir los vehículos.

- Ayuda social. Facilitó la educación, en las instalaciones del lugar de trabajo, a partir de la Escuela de Inglés en la planta Highland Park en 1919, cuando se dio cuenta de que su fuerza de trabajo, formada por muchos inmigrantes, necesitaban el refuerzo del lenguaje.

- Un vehículo para todos. El empresario tenía la idea de que los autos deben ser conducidos por la clase obrera que necesita salir a trabajar. (I)