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El Telégrafo
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A los 14 años llegó a las formativas del club catalán, pero nunca ascendió al primer equipo

Tito Vilanova, toda una vida dedicada al fútbol (VIDEO)

Tito Vilanova fue parte del Barcelona, como entrenador, entre 2007 y 2013. Su único título fue el de la liga 2012-2013, con 100 puntos. Foto: AFP
Tito Vilanova fue parte del Barcelona, como entrenador, entre 2007 y 2013. Su único título fue el de la liga 2012-2013, con 100 puntos. Foto: AFP
26 de abril de 2014 - 00:00 - Redacción Fanático y Agencias

Se fue de la misma manera que llegó, sin hacer ruido y con esa buena energía que le ha rodeado hasta el último momento. Su vida no fue la misma desde que en noviembre de 2011 le detectaron un tumor en la glándula parótida contra lo que luchaba desde entonces.

“Quiero ser protagonista por mi trabajo, no por mi enfermedad. Para mí, no hay mejor terapia que el fútbol”, señaló en una ocasión el entrenador, cuando ya combatía la enfermedad, pero seguía a cargo del banquillo del FC Barcelona.

Y sin duda que así fue. Vilanova nunca llegó a jugar en el primer equipo del Barça, pero tenía impregnado su ADN por sus años en las canteras del club, al que llegó a los 14 años. Futbolísticamente, Vilanova fue opacado por otros jugadores comoGuillermo Amor, Busquets, Ferrer y Luis Millá, por lo que tuvo que buscar otros rumbos.

Jugó en segunda B en el Figueres y finalmente debutó en primera división con el Celta de Vigo, con el que jugó durante 2 temporadas. Luego, su fútbol se mostró solo en equipos de segunda, como el Badajoz, Mallorca, Lleida, Elche y Gramanet, donde se retiró del balompié profesional en 2002.

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No le costó nada dejar el uniforme corto y vestirse como entrenador. Ya retirado, como conocía de pies a cabeza el modelo institucional y disciplinario del equipo, fue el encargado de dirigir el ‘Cadete B’, una generación exitosa en la que se moldearon Lionel Messi, Gerard Piqué y Cesc Fábregas.  

Desde ahí empezó a moldearse el mejor Barcelona de la historia, cuando en 2007 ‘Pep’ Guardiola tomó las riendas del Barcelona B y Vilanova fue su asistente. La llegada al primer equipo fue una revolución, siempre con la misma dupla a la cabeza y con Iniesta, Xavi, Puyol, Valdés y compañía como los mejores intérpretes de juego.

“Si te sientes capaz, no lo dudes. Te ofrecen la posibilidad de ser el entrenador del Barça. Todos los entrenadores del mundo lo querrían”, le dijo Guardiola cuando dejó el club y Tito era la opción para la continuidad. El barcelonismo respiraba aliviado, porque sabía que con Vilanova continuaría el mismo modelo instalado por ‘Pep’.  

El fútbol representaba todo para Vilanova. Guardiola no tenía mucha paciencia cuando se trataba de una charla extendida sobre balompié, algo que sí tenía Tito. “No era extraño que su voz apagada cogiera ritmo y se extendiera en las explicaciones del porqué se atacaba por ahí, del porqué el balón se sacaba desde ese lugar, del porqué se presionaba en tales zonas… “¿Lo has entendido?”, cuestionaba al final”, contó el periodista Jordi Quixano, de El País, de España.

Con Tito a la cabeza, el Barça no dejaba de sorprender y la temporada 2012-2013 fue la ‘Liga de los 100 puntos de Tito’, 15 unidades más que el Real Madrid. Sin embargo, en esa temporada el técnico tuvo que abandonar temporalmente el banquillo y viajar para tratarse su cáncer de glándula parótida en Nueva York.

El equipo se desinfló con Jordi Roura al mando, pero al final Vilanova retornó al club y consiguió el campeonato. Pasaron 2 meses y Tito anunció su renuncia para dedicarse a luchar contra su enfermedad, a partir de julio de 2013, después de 5 años dentro del club al que consideró el mejor del mundo.

Vilanova se apartó casi por completo de la escena pública y solo se le pudo ver en algún momento muy puntual en el Camp Nou para seguir las evoluciones de un Barça que ya contaba con otro técnico, el argentino Gerardo ‘Tata’ Martino’.

Tito era un gran amante de la música. Coldplay, Serrat, Keane y The Cure eran varios de sus favoritos y sonaban constantemente en la ciudad deportiva del Barcelona. Se consideraba una persona de pocos amigos: “Tengo cuatro amigos, no más, me basta y no los pierdo por nada”, dijo en una ocasión.

Los más cercanos y los más lejanos hoy lamentan su muerte, luego de una vida dedicada al balompié.

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