Ganador, así es Álex Darío Aguinaga. Su nombre se relaciona con la gloria de nuestro fútbol... Esa gloria es la que necesita Barcelona. A continuación las 10 razones por las que el “Güero” encaja a la perfección como entrenador “amarillo”. Es un ídolo del Ecuador en el “Ídolo” del Ecuador.    

Uno: Aguinaga es un emblema viviente de nuestro país, el segundo mejor jugador de nuestra historia (el primero es el gran “Cabeza Mágica”, Alberto Spender).

Dos: Genera el máximo respeto de todos los estamentos: Federación Ecuatoriana de Fútbol, dirigencia deportiva, jugadores, prensa y aficionados en general.

Tres: Formado y triunfador futbolísticamente en un medio superior al nuestro... México siempre ha sido más que Ecuador.

Cuatro: Arranca con un proyecto serio, con la asesoría de maestros del fútbol internacional como el “Zurdo”, Miguel Ángel López, y el preparador físico Roberto Bassagáisteguy, quienes vienen a respaldarlo y orientarlo.

Cinco: Al ser su primer equipo, llega con hambre de triunfo como DT, prevaleciendo sobre los gastados técnicos ecuatorianos y algunos de los manoseados y metalizados técnicos extranjeros.

Seis: Motivado por esa hambre de triunfo, se ajustó a la situación electoral interna de Barcelona y aceptó dirigir 12 fechas (las elecciones en Barcelona serán en junio).

Siete: Cuenta con el total apoyo del capitán del equipo Iván Hurtado, otro referente con influencia positiva en el plantel de jugadores.

Ocho:  A pesar de nunca haber actuado oficialmente por Barcelona, fue uno de los 13 jugadores que inauguraron el estadio Monumental. Jugó un partido amistoso con la “amarilla”, ante el poderoso Barcelona de España.

Nueve: Su historia internacional arrancó justamente esa noche (26 de mayo de 1988) en el Monumental, en el partido contra el Barcelona de España, y de ahí partió a México, al Necaxa... luego vino la selección ecuatoriana, la Copa América, el Mundial, etc...

Diez: Cuando juegue en Quito, debutará ante Deportivo Quito, el equipo que lo vio nacer. En el Monumental cerrará con Liga, su último club en Ecuador y culminará su contrato de 12 encuentros en Imbabura, la ciudad que le dio vida.

¡Suerte, Álex!